En los últimos años se ha observado un incremento en la demanda de personas cuyo motivo de consulta es la incongruencia de género, que solicitan ayuda porque sienten malestar, desean acompañamiento y/o atención clínica. Como profesionales, es nuestro deber comprender el motivo de consulta, la fase por la que atraviesa el paciente y los objetivos a plantear. Se hace evidente, por tanto, la necesidad de disponer de herramientas para poder atender y acompañar adecuadamente a la persona en este proceso. Para ello, en primer lugar, es necesario realizar una adecuada evaluación psicológica, que permita discernir la posible existencia de sintomatología o psicopatología. Esto no es estigmatizar, sino un acto de buena praxis y de responsabilidad personal, profesional, social y cívica. Es un acto de respeto a la libertad de la otra persona que tiene derecho a tener toda la información posible sobre su salud. Es un acto de respeto al principio de autonomía de los pacientes, que necesitan saber y conocer. Solo tras una adecuada evaluación y un buen diagnóstico diferencial, así como un proceso de psicoeducación sobre lo que sucede, se podrán comprender cuáles son las necesidades reales de la persona que viene a consulta y así poder proporcionarle la atención psicológica pertinente, con responsabilidad, ética y una buena praxis, dando así, como profesionales, las herramientas adecuadas a la persona para poder tomar decisiones sobre su vida de forma más libre.
David Pedrosa Palomino
Psiquiatría - Cuba
Fecha: 29/05/2023
Miriam Cingolani
Psicólogo - Argentina
Fecha: 25/05/2023