El autor considera que el odio de los yihadistas a la sociedad occidental no ha nacido ex nihilo. Se inscribe como inquietante fenómeno social que es expresión de las leyes que rigen la humana historia del planeta Homo Sapiens (que tiene más de demens que de sapiens como escribe Edgar Morin). Somos hormiguitas y obedecemos a la ley del hormiguero sin saberlo. Creo que tomar conciencia de la ley del hormiguero es nuestra posibilidad de posicionarnos como personas para dar una respuesta que humanice nuestra manera de afrontar el odio destructor de los que necesitan odiar para sentirse ser. Me parece importante poder reconocer nuestra parte indirecta de complicidad en la génesis del odio a Occidente.