Comunicar malas noticias en población infanto-juvenil: un reto para los profesionales de la Psicología de Emergencias
Recibir una mala noticia es una experiencia que genera un antes y un después. Se trata de información que interrumpe bruscamente las expectativas que una persona tenía sobre su presente o su futuro. En el caso de niños, niñas y adolescentes, el impacto puede ser aún más profundo, debido a su etapa de desarrollo, su limitada capacidad de comprensión emocional y cognitiva, y su alta vulnerabilidad. En este contexto, los profesionales de la Psicología de Emergencias juegan un papel crucial. No solo deben estar preparados para intervenir ante situaciones críticas, sino también para comunicar malas noticias de forma ética, cuidadosa y adaptada a cada etapa evolutiva.
Sin embargo, este proceso no está exento de dificultades. En este simposio abordaremos, entre otros un desafío habitual pero poco explorado: cómo comunicar malas noticias a la población infanto-juvenil de manera efectiva y respetuosa.
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