El psicólogo Rafa Guerrero, autor, entre otros, de «Educar en el vínculo» explica a los padres que es normal que durante el confinamiento sus hijos adolescentes se hayan encerrado más tiempo en sus habitaciones. «Hay que entender su propio desarrollo evolutivo y las necesidades propias de esta etapa vital, aunque resulte doloroso para los padres ver cómo su hijo se distancia tanto».
Asegura que los padres deben asumir «el duelo de que su niño pequeño, el que corría constantemente para ser abrazado y besado, ya no está; ahora es un joven que necesita su espacio. No es que los hijos hayan dejado de querer a los padres, es que tienen otras necesidades y acudirán a sus progenitores cuando lo necesiten. Su pensamiento es: yo quiero que estés a mi lado cuando yo lo necesite. Es así. Es duro de aceptar para unos padres. Parece injusto y es lógico pensar: "Ah, ¿ahora sí quieres estar cerca de mí?, ¿por el interés?". Pero es una fase evolutiva de la vida y, si se ha sabido llevar bien y aceptar estos cambios, cuando pasen esta etapa adolescentes, se volverá a tener una buena relación y vínculo. Es necesario que los padres lleven a cabo un duelo sano».
Para este psicólogo es normal que durante el confinamiento por el coronavirus los padres sean más conscientes de este distanciamiento y lo sufran más. Anteriormente cada unotenía sus rutinas , entradas y salidas de casa y era más complicado percatarse de la situación. Los progenitores deben desarrollar recursos para tener paciencia y no pensar que se es un mal padre porque si lo hacen bien, «los chavales vuelven a querer estar cerca de los padres cuando la adolescencia vaya llegando a su fin», insiste.
