Objetivo
Investigamos cómo los factores estresantes psicosociales y de salud y los factores cognitivo-afectivos relacionados se asociaron diferencialmente con la calidad del sueño durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19
Métodos y Medidas
Los adultos que viven en Florida ( n = 2152) completaron una encuesta de Qualtrics entre abril y mayo de 2020 (Oleada 1). Los participantes ( n = 831) fueron reevaluados un mes después (Oleada 2; mayo-junio de 2020).
En el Relevamiento 1, los participantes informaron su nivel de contacto físico con alguien que les importa, la presencia de una enfermedad crónica preexistente, el estado laboral, la soledad, la preocupación por la salud y la angustia financiera. En el Relevamiento 2, los participantes calificaron la calidad del sueño y los síntomas del insomnio.
Resultados
La soledad, pero no la preocupación por la salud o la angustia financiera, predijo directamente una peor calidad del sueño. La falta de contacto físico se asoció indirectamente con una peor calidad del sueño a través de mayores niveles de soledad. Además, los resultados mostraron que la presencia de una enfermedad crónica preexistente se asoció tanto con una mayor preocupación por la salud como con una peor calidad del sueño.
Conclusión
La soledad fue el único predictor cognitivo-afectivo de una peor calidad del sueño al controlar otros factores psicosociales. Como era de esperar, los adultos que vivían con una enfermedad crónica reportaron problemas en la calidad del sueño.
Comprender los procesos que influyen en la calidad del sueño durante un período significativo de estrés es importante para identificar los factores de riesgo, informar el tratamiento y mejorar la salud del sueño más allá de la pandemia.
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