El tabú existente sobre la depresión favorece la existencia de mitos y bulos. Además, quienes sufren depresión son más vulnerables a la desinformación. Así lo destaca el Informe “Mitos y Bulos sobre la depresión: efectos, ejemplos y consejos para combatirlos”, realizado por Maldita.es para Lundbeck, que pone de relieve la relación bidireccional entre depresión y desinformación.
Según ese mismo documento, las redes sociales hacen que la conversación sobre salud mental/depresión se multiplique, se compartan experiencias y se cree comunidad, pero falta conocimiento experto.
10 mitos comunes detectados en redes sociales sobre la depresión
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Del análisis realizado por Maldita, principalmente en X -antes Twitter- y Tik Tok, estos son los principales bulos que, todavía hoy, circulan sobre la depresión, y los mensajes, avalados científicamente que los confrontan:
X Es señal de debilidad + Puede afectar a cualquiera
X Es para toda la vida + La recuperación es posible
X Siempre hay un motivo tras ella + Su origen es multifactorial
X No es una enfermedad + Es una enfermedad
X Se hereda + No es hereditaria
X Se cura con medicina natural + No existe evidencia al respecto
X Es poco común + Es frecuente a lo largo de la vida
X La depresión no existe, es tristeza + La tristeza es uno de síntomas
X Hablar sobre ella puede empeorarla + Hablar sobre ella rompe el estigma
X Desaparece sola + La mayoría requiere tratamiento
Según este estudio, son muchas las personas que consumen contenidos sobre salud mental de fuentes no expertas. De acuerdo a los estudios existentes, la forma más eficaz de combatir la desinformación es confrontar la información falsa con datos e información veraz y contrastada que desmienta los bulos y falsos mitos.
Para combatir la desinformación e infoxicación en salud mental hace falta crear contenido de calidad y posicionarlo, así como contar con el apoyo de referentes para la población adolescente y juvenil, la más expuesta a las fake news. Las redes sociales y el rigor científico son un tándem posible y necesario, creen los expertos. Por eso, animan a que los profesionales de la salud mental apuesten por estos canales, adaptándose a ellos, tanto en su formato como en su lenguaje.
Los propios afectados por enfermedades son la voz más legitimada para liderar un movimiento de cambio frente al estigma de la enfermedad mental, según ha reconocido un reciente informe de The Lancet[i].
[i]The Lancet Commission on ending stigma and discrimination in mental health. Thornicroft, Graham et al. The Lancet, Volume 400, Issue 10361, 1438 - 1480
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