Autor/autores:
Stapel, Jelinic, Drummond...(et.al)
Los fundamentos neurobiológicos y conductuales que vinculan los trastornos mentales, en particular el trastorno depresivo mayor, con los trastornos cardiovasculares son un tema de debate. Investigaciones recientes se centraron en el tejido adiposo visceral (intraabdominal y epicárdico) y la inflamación y su impacto en el desarrollo de trastornos cardiometabólicos. El t...
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Los fundamentos neurobiológicos y conductuales que vinculan los trastornos mentales, en particular el trastorno depresivo mayor, con los trastornos cardiovasculares son un tema de debate.
Investigaciones recientes se centraron en el tejido adiposo visceral (intraabdominal y epicárdico) y la inflamación y su impacto en el desarrollo de trastornos cardiometabólicos. El tejido adiposo intraabdominal se define como un compartimento graso endocrino activo que rodea los órganos internos y se ha asociado con la diabetes mellitus tipo 2, un factor de riesgo para el desarrollo posterior de trastornos cardiovasculares.
El tejido adiposo epicárdico (pericárdico) es un compartimento de grasa que rodea el corazón, muy cerca de las arterias que sostienen el corazón. El tejido adiposo visceral es una fuente importante de mediadores inflamatorios que, junto con otros factores de riesgo, desempeñan un papel principal en las enfermedades cardiovasculares.
Junto con las alteraciones conductuales (inactividad física, estilo de vida sedentario), psicológicas (problemas de adherencia) y hormonales (disfunción del eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal con hipercortisolismo subsiguiente) que acompañan frecuentemente al trastorno depresivo mayor, se produce un mayor riesgo de trastornos cardiovasculares.
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