. El hombre actual come más y peor, lleva una vida sedentaria, habita en interiores sin contacto con la luz solar, duerme menos y tiene un menor contacto personal con sus semejantes, lo que aumenta el riesgo de sufrir depresión.
. Otras circunstancias que pueden ayudar a padecer este trastorno son la soledad y ausencia de amistades y el empleo inadecuado de internet con la sustitución de la comunicación personal por la digital.
Madrid, 8 de octubre de 2014.- El riesgo de que los jóvenes sufran depresión ha aumentado 6-8 veces desde 1938 a 2007 y la prevalencia anual de este trastorno ha pasado de 3,33% en 1992, a 7,06% en 2002. Así lo ha afirmado la doctora María Jesús Mardomingo, Presidenta de Honor de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente (AEPNYA), durante las IX Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz, que se celebran hoy y mañana en Madrid.
A este incremento contribuyen, según esta experta, los nuevos estilos de vida, de modo especial la dieta y el modo de comer, la actividad física, la exposición a la luz solar y las horas de sueño. El hombre contemporáneo come más y peor, lleva una vida sedentaria, vive en interiores sin contacto con la luz solar, duerme menos y tiene un menor contacto personal con sus semejantes. Otras circunstancias económicas y sociales como la desigualdad de ingresos en los países desarrollados; la soledad y ausencia de amistades; el empleo inadecuado de internet con la ingenua sustitución de la comunicación personal por la digital; y la sustitución de valores intrínsecos por valores extrínsecos, pueden contribuir a que aumente el riesgo de sufrir depresión, explica.
Y es que los profundos cambios experimentados en el modo de vida de los países desarrollados han favorecido la aparición de nuevas enfermedades y el incremento de las tasas de prevalencia de otras que ya existían, aunque en menor proporción. La vida moderna ha supuesto cambios muy intensos en el medio natural del homo sapiens que han exigido de su parte una gran capacidad de adaptación. Estos cambios han sido especialmente intensos durante la segunda mitad del siglo XX, cuando surgen las grandes urbes, se produce un intenso desarrollo tecnológico, se globaliza la información y la comunicación, hay una progresiva secularización, el consumo es el motor de la economía, cambia el papel de la mujer y el concepto de familia, y surgen nuevos valores, explica la doctora Mardomingo. De este modo, tiene lugar un alejamiento progresivo del medio natural que pone a prueba la capacidad de adaptación de la especie y del individuo ante este proceso de evolución.
Uno de los grandes retos de la Medicina y de la Psiquiatría es precisamente investigar cuáles de estos cambios y transformaciones tienen un poder lesivo mayor que se traduce en enfermedades como las cardiovasculares, metabólicas, autoinmunes, diabetes, obesidad, hipertensión, cáncer, depresión y ansiedad, concluye esta experta.
La Fundación Alicia Koplowitz
La Fundación Alicia Koplowitz tiene como objetivo promover y mejorar la salud y el bienestar de niños y adolescentes, a través de dos líneas de trabajo:
- Área Médico-Científica
- Promueve la especialización de los profesionales dedicados a atender a niños y adolescentes con problemas psiquiátricos a través de:
? Becas de Formación Avanzada
? Becas de Estancias Cortas
? Ayudas a Proyectos de Investigación
? Cátedra de Psiquiatría Infantil con la UCM
? Jornadas Científicas
- Área social
- Enfocada hacia los niños y adolescentes en situación de exclusión social y se lleva a cabo de distintas formas:
? Atención a la Infancia y Adolescencia, para lo que cuenta con cuatro Residencias de Acogida en Madrid para niños privados de ambiente familiar, y procedentes de los Servicios Sociales de la CAM.
? Dos Centros de Intervención Social, para que adolescentes (de 18 años en adelante, que carecen de apoyo familiar y han dejado de recibir apoyo institucional por haber cumplido la mayoría de edad), logren la independencia personal y laboral.
? Centro de Esclerosis Múltiple de la Comunidad de Madrid Alicia Koplowitz, construido y donado por la Fundación y gestionado por la CAM. Se trabaja en la mejora de la calidad de vida de los enfermos, junto al tratamiento de la enfermedad.
