Evidencia longitudinal revela asociaciones estables y bidireccionales entre depresión materna y paterna
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Autor/autores: Iryna Culpin , Rebecca M. Pearson, Nicky Wright...(et.al)
Artículo revisado por nuestra redacción
La evidencia sobre cómo evolucionan, en paralelo y a lo largo del tiempo, los síntomas depresivos maternos y paternos es limitada. Este estudio examinó las asociaciones recíprocas longitudinales entre ambos progenitores desde la gestación (18 semanas) hasta que el niño cumplió 11 años y 2 meses, con el propósito de comprender mejor la ...
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La evidencia sobre cómo evolucionan, en paralelo y a lo largo del tiempo, los síntomas depresivos maternos y paternos es limitada. Este estudio examinó las asociaciones recíprocas longitudinales entre ambos progenitores desde la gestación (18 semanas) hasta que el niño cumplió 11 años y 2 meses, con el propósito de comprender mejor la trayectoria conjunta de la depresión parental.
La muestra incluyó 6, 296 madres y padres participantes en la Avon Longitudinal Study of Parents and Children (Reino Unido). Los síntomas depresivos (SD) se evaluaron en nueve momentos mediante la Edinburgh Postnatal Depression Scale. Para distinguir entre diferencias estables entre personas (covarianza entre individuos) y procesos dinámicos dentro de cada progenitor (cambios intraindividuales), se emplearon modelos de panel cruzado con intercepto aleatorio. Los análisis se ajustaron por factores parentales y socioeconómicos.
Los resultados mostraron correlaciones sólidas entre los interceptos aleatorios de madres y padres (β = 0. 305; SE = 0. 015; p ≤ 0. 001), indicando que los niveles medios de síntomas depresivos tienden a ser positivamente asociados entre ambos progenitores a lo largo del tiempo. Se observaron también efectos de estabilidad robustos en cada uno de los padres en todas las mediciones —es decir, los niveles de depresión dentro de la misma persona se mantienen relativamente consistentes—, con efectos más marcados entre los 5 y 11 años del hijo.
Además, se identificaron efectos bidireccionales en algunos periodos, lo que indica que los cambios en la depresión de un progenitor pueden predecir cambios posteriores en el otro, aunque esta dinámica no se observó de manera consistente en todos los momentos.
En conjunto, estos hallazgos subrayan la necesidad de programas de cribado, prevención e intervención centrados en toda la familia. La presencia de depresión en uno de los padres debería motivar una evaluación sistemática del otro, reforzando un enfoque clínico integral que contemple la interacción emocional entre ambos progenitores.
Resumen modificado por Cibermedicina
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