Autor/autores:
Jennifer Barredo , John A. Bellone , Melissa Edwards...(et.al)
La evidencia reciente sugiere que la estimulación magnética transcraneal repetitiva terapéutica (TMS) es un tratamiento efectivo para el trastorno de estrés postraumático farmacorresistente (TEPT) y el trastorno depresivo mayor comórbido (MDD). Recientemente demostramos que la respuesta a la TMS de 5 Hz administrada a la corteza prefrontal dorsolateral se...
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La evidencia reciente sugiere que la estimulación magnética transcraneal repetitiva terapéutica (TMS) es un tratamiento efectivo para el trastorno de estrés postraumático farmacorresistente (TEPT) y el trastorno depresivo mayor comórbido (MDD).
Recientemente demostramos que la respuesta a la TMS de 5 Hz administrada a la corteza prefrontal dorsolateral se predijo mediante la conectividad funcional de la corteza prefrontal medial (MPFC) y la corteza cingulada anterior subgenual (sgACC).
Este circuito funcionalmente definido es un objetivo nuevo para la investigación de optimización del tratamiento, sin embargo, nuestro conocimiento limitado de las vías estructurales que subyacen a esta predisposición funcional es una barrera para la investigación.
Para investigar los elementos estructurales subyacentes de nuestros hallazgos de conectividad funcional previos, enviamos datos de imagen ponderados por difusión pre-TMS de 20 pacientes con TEPT y MDD a una tractografía probabilística basada en el tracto anatómicamente restringida (Tractos de FreeSurfer restringidos por anatomía subyacente).
Se extrajo la anisotropía fraccionaria (FA) de la vía promediada de cuatro tractos frontales de materia blanca: el fórceps menor, el cíngulo, las radiaciones talámicas anteriores (ATR) y los fascículos uncinados. Las estadísticas de FA del tracto se trataron como variables explicativas en las regresiones hacia atrás que prueban la relación entre la integridad del tracto y los coeficientes de conectividad funcional de los predictores MPFC y sgACC de la mejoría de los síntomas después de TMS.
La FA en los ATR se asoció consistentemente con la mejoría de los síntomas en el TEPT y la MDD (p <0, 05 corregido por Bonferroni).
Descubrimos que las características estructurales del ATR explican una variación significativa en los predictores funcionales a nivel individual de la mejora posterior al TMS. Los estudios de optimización de TMS deben apuntar a este circuito en protocolos de estimulación de TMS independientes o sucesivos.
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