Los inicios más tempranos de la depresión se asocian con cursos más debilitantes y una peor calidad de vida, lo que destaca la importancia de una intervención temprana eficaz.
Muchos jóvenes no logran mejorar con tratamientos para la depresión basados en evidencia, probablemente debido en parte a la heterogeneidad dentro del trastorno. La evaluación de múltiples métodos de las diferencias individuales en el procesamiento de emociones positivas y negativas podría mejorar las predicciones de los resultados del tratamiento.
El estudio actual examinó el autoinforme y las medidas neurofisiológicas de la respuesta a la recompensa y la regulación de las emociones como predictores de la respuesta a la terapia cognitivo-conductual (TCC).
Adolescentes (14–18 años) con depresión ( N = 70) completaron tareas de recompensa monetaria y regulación emocional mientras se registraba un electroencefalograma (EEG) y medidas de autoinforme de respuesta a la recompensa, regulación emocional y síntomas depresivos al momento de la ingesta.
Luego, los adolescentes completaron un programa de TCC grupal de 16 sesiones, con síntomas depresivos y una mejoría calificada por el médico evaluada a lo largo del tratamiento.
Las amplitudes de positividad de recompensa más bajas, que reflejan una respuesta de recompensa neural reducida, predijeron síntomas depresivos más bajos con el tratamiento.
Residuos potenciales positivos tardíos más grandes durante la reevaluación, lo que podría reflejar una dificultad con la regulación de las emociones, predijeron una mayor mejoría calificada por el médico. Las medidas de autoinforme no fueron predictores significativos.
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