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11/03/2015
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ong>MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
La actividad en un área del cerebro conocida como la ínsula posterior dorsal está directamente relacionada con la intensidad del dolor, como ha comprobado un estudio de imágenes cerebrales de 17 personas, cuyos detalles se revelan en un artículo publicado en 'Nature Neuroscience'.
Investigadores del Centro de Oxford para la Resonancia Magnética Funcional del Cerebro, en Reino Unido, utilizaron una nueva técnica de imagen cerebral para analizar a personas que experimentan dolor durante muchas horas. La actividad en una sola área del cerebro, la ínsula posterior dorsal, refleja las calificaciones de los participantes sobre el dolor.
Estos resultados podrían ayudar a detectar el dolor en personas con habilidades de comunicación limitadas, como las que están en estado de coma, los niños pequeños y pacientes con demencia. "Hemos identificado la zona que probablemente es responsable del núcleo de la experiencia del dolor en el cerebro", dijo la profesora Irene Tracey, de la Universidad de Oxford, cuyo equipo hizo el descubrimiento.
"El dolor es una experiencia multidimensional compleja, que causa la actividad en muchas regiones del cerebro involucradas con cosas como la atención, sentir emociones como el miedo, la localización del dolor y así sucesivamente. Pero la ínsula posterior dorsal parece ser específica del nivel de daño real del dolor en sí", detalla.
"Hemos sido capaces de encontrar esta área mediante el desarrollo de un nuevo método de seguimiento de la actividad cerebral, basado en una técnica llamada etiquetado arterial spin. Esto nos permitió mirar estados cerebrales más complejos que se extienden a lo largo de periodos mucho más largos. Mediante el seguimiento del dolor durante muchas horas, hemos sido capaces de filtrar las experiencias más momentáneas, como variaciones en la atención o el miedo", afirma Tracey.
El equipo de investigación siguió la actividad cerebral en 17 voluntarios sanos a los que se les aplicó una crema que contiene capsaicina (el ingrediente activo de los chiles) sobre su pierna derecha, causando una sensación de ardor. Los voluntarios indicaron cuánto dolor sentían por el ardor.
Una vez que la sensación de dolor comenzó a desvanecerse, los investigadores 'reavivaron' la sensación poniendo una bolsa de agua caliente donde se aplicó la crema. Unos minutos más tarde, aliviaron el dolor mediante el cambio a una botella de agua congelada. En consecuencia, los voluntarios hicieron una clasificación de hasta qué punto aumentó el dolor y luego hasta qué nivel disminuyó.
Cambios de actividad en la ínsula posterior dorsal reflejaron estos cambios en las calificaciones de los voluntarios de dolor. El equipo de investigación planea verificar estos resultados al tratar de desactivar esta región del cerebro en pacientes que sufren de dolor intratable y espera que el cambio de la actividad en la ínsula posterior dorsal ayudará a tratar el dolor cuando otros métodos han fracasado.
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http://www.nature.com/neuro/index.html
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Nature Neuroscience