La depresión leve también afecta al sistema inmune en pacientes de avanzada edad.

La depresión crónica leve, que puede no manifestarse claramente, incrementa el riesgo de que las personas mayores sufran infecciones e, incluso, un cáncer.



Investigadores estadounidenses han llegado a estas conclusiones tras seguir durante año y medio a 78 adultos mayores, con una edad media de 72 años, y compararon la respuesta inmune de los 22 participantes que sufrían depresión crónica con la de los 56 voluntarios sanos.



En el primer colectivo, la respuesta de los linfocitos-T ante un agente patógeno era más pobre. Según explica el director del trabajo, Lynanne McGuire, de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (EEUU), todos los participantes de este grupo presentaban síntomas clínicamente relevantes de depresión, tanto al comienzo del estudio como 18 meses después, aunque a menos de la mitad de estos voluntarios se les había diagnosticado formalmente este trastorno mental.



Tal y como habían demostrado anteriores trabajos, «los síntomas de depresión pueden acelerar e incrementar el deterioro inmunológico que típicamente acompaña el envejecimiento», según explican los autores.



Sin embargo, su trabajo añade un nuevo dato: parece indicar «que es la prolongación de la depresión, y no su gravedad, lo que afecta al sistema inmune».



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