Fondo
Existe una heterogeneidad sustancial en la forma en que los entornos de crianza influyen en los resultados socioemocionales de los jóvenes. Esta heterogeneidad, como sugiere la sensibilidad biológica a la teoría del contexto y la teoría de la susceptibilidad diferencial, está asociada con patrones de reactividad emocional y funciones neuronales subyacentes...
Fondo
Existe una heterogeneidad sustancial en la forma en que los entornos de crianza influyen en los resultados socioemocionales de los jóvenes. Esta heterogeneidad, como sugiere la sensibilidad biológica a la teoría del contexto y la teoría de la susceptibilidad diferencial, está asociada con patrones de reactividad emocional y funciones neuronales subyacentes.
El presente estudio investigó la reactividad amigdalar a los estímulos emocionales como una firma neuronal que amplificó la influencia de los entornos de crianza en los resultados socioemocionales de los jóvenes.
Métodos
Para aumentar la replicabilidad y la generalización, esta investigación incluyó dos estudios independientes que se complementaron metodológicamente. El estudio 1 empleó un conjunto de datos largo, nacional y longitudinal (el estudio de desarrollo cognitivo cerebral adolescente; N = 11, 875). El estudio 2 utilizó una muestra comunitaria de jóvenes ( N = 123) con evaluaciones de múltiples métodos y múltiples reporteros.
Resultados
En el estudio 1, la reactividad amigdalar izquierda alta a los estímulos positivos amplificó significativamente el impacto de la calidez de los padres en los comportamientos prosociales de los jóvenes. En el estudio 2, la reactividad amigdalar izquierda y derecha a estímulos positivos intensificó significativamente las asociaciones entre el funcionamiento familiar y los problemas de internalización de los jóvenes.
Estos hallazgos fueron consistentes con la hipótesis de la sensibilidad biológica a la teoría del contexto / teoría de la susceptibilidad diferencial porque se observaron diferencias socioemocionales significativas tanto en los extremos negativos como positivos de los entornos de crianza.
Además, el estudio 2 apoyó parcialmente la hipótesis de diátesis-estrés al mostrar diferencias significativas en la vulnerabilidad de los jóvenes a entornos familiares negativos.
Específicamente, la respuesta amigdalar izquierda a los estímulos negativos exacerbó las asociaciones entre el funcionamiento familiar desequilibrado y los síntomas de internalización / externalización intensificados. La reactividad amigdalar izquierda a los estímulos positivos intensificó el vínculo entre el funcionamiento familiar desequilibrado y los problemas de externalización elevados.
Conclusiones
Entre los jóvenes y adolescentes, la reactividad emocional amigdalar puede servir como un biomarcador de sensibilidad diferencial a los entornos de crianza.
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