Autor/autores:
Sara A. Heyn ,Sara A. Heyn, Taylor J. Keding, Marisa C. Ross...(et.al)
Estudios previos del trastorno de estrés postraumático pediátrico (TEPT) han informado anomalías cerebrales estructurales y funcionales transversales y relacionadas con la edad en redes asociadas con el procesamiento cognitivo, afectivo y autorreferencial. Sin embargo, ningún estudio reportado ha examinado exhaustivamente el desarrollo longitudinal de la sustanci...
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Estudios previos del trastorno de estrés postraumático pediátrico (TEPT) han informado anomalías cerebrales estructurales y funcionales transversales y relacionadas con la edad en redes asociadas con el procesamiento cognitivo, afectivo y autorreferencial. Sin embargo, ningún estudio reportado ha examinado exhaustivamente el desarrollo longitudinal de la sustancia gris y sus correlatos funcionales intrínsecos en el TEPT pediátrico.
Veintisiete jóvenes con trastorno de estrés postraumático y veintiún jóvenes no traumatizados en desarrollo típico (TD) fueron evaluados al inicio y un año de seguimiento. En cada visita, los jóvenes completaron la resonancia magnética estructural y la resonancia magnética funcional en estado de reposo. Las regiones con anormalidades volumétricas en los análisis estructurales del cerebro completo se identificaron y se usaron como semillas en los análisis de conectividad intrínseca exploratoria.
Los jóvenes con trastorno de estrés postraumático exhibieron reducciones sostenidas en el volumen de materia gris (GMV) en la corteza prefrontal ventromedial derecha (vmPFC) y en la corteza prefrontal ventrolateral bilateral (vlPFC). Los análisis de grupo por tiempo revelaron un desarrollo longitudinal aberrante en la corteza prefrontal dorsolateral (dlPFC) donde los jóvenes TD mostraron disminuciones normativas en GMV entre el inicio y el seguimiento, mientras que los jóvenes con TEPT mostraron aumentos en GMV. Usando estas regiones como semillas, los pacientes con TEPT exhibieron disminuciones longitudinales atípicas en la conectividad intrínseca prefrontal-amígdala y -hipocampo, en contraste con los aumentos en la juventud TD. Específicamente, los jóvenes con trastorno de estrés postraumático mostraron una disminución de la conectividad vmPFC-amígdala, así como una disminución de la conectividad vlPFC-hipocampo a lo largo del tiempo. En particular, las anomalías volumétricas en el vmPFC y vlPFC fueron predictivos de la gravedad de los síntomas.
Estos hallazgos representan nuevos cambios longitudinales volumétricos y de conectividad en el TEPT pediátrico. El GMV prefrontal atípico y el desarrollo de la amígdala prefrontal y el hipocampo pueden ser la base de la persistencia del TEPT en la juventud y podrían servir como objetivos terapéuticos futuros.
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