Autor/autores:
Naismith SL y Mowszowski L
El interés de la investigación en el sueño como factor de riesgo para la demencia ha crecido, lo que justifica una actualización de los avances en los últimos 18 meses, particularmente en la etapa de deterioro cognitivo leve (DCL) en la cual las intervenciones pueden ser mejor enfocadas. La revisión sistemática actual incluye artículos de in...
Estás viendo una versión reducida de este contenido.
Para consultar la información completa debes registrarte gratuitamente.
Tan sólo te llevará unos segundos.
Y si ya estás registrado inicia sesión pulsando aquí.
El interés de la investigación en el sueño como factor de riesgo para la demencia ha crecido, lo que justifica una actualización de los avances en los últimos 18 meses, particularmente en la etapa de deterioro cognitivo leve (DCL) en la cual las intervenciones pueden ser mejor enfocadas.
La revisión sistemática actual incluye artículos de investigación empírica publicados desde 2016 que han investigado el sueño (excluida la apnea obstructiva del sueño) en MCI. Los artículos publicados incluyen estudios de casos y controles, aquellos que examinan correlaciones clínicas de problemas del sueño, microarquitectura del sueño, estudios de neuroimagen y nuevos marcadores cerebroespinales y basados en sangre. RESUMEN: La evidencia acumulada desde 2016 continúa demostrando que las personas con DCL manifiestan trastornos del sueño en las medidas de autoinforme. Neurofisiológicamente, la alteración del sueño en MCI parece estar asociada con husos de sueño disminuidos, procesos clave implicados en la consolidación de la memoria durante la noche. Las personas con MCI y trastornos del sueño parecen tener alteraciones de conectividad funcional más pronunciadas en las regiones del cerebro temporoparietal y niveles más elevados del neurotransmisor de la estela de la orexina en el líquido cefalorraquídeo que aquellos con MCI solo. Los nuevos hallazgos también sugieren que el sueño puede mediar en los mecanismos de homocisteína y estrés oxidativo, lo que justifica una mayor exploración. Se necesitan más estudios que se centren en intervenciones novedosas para el sueño y la alteración circadiana en MCI, en particular los dirigidos a husos de sueño, orexina / hipocretina y el sistema de estrés oxidativo.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://link.springer.com/
