En los Estados Unidos, aproximadamente 13, 8 millones de hogares enfrentan inseguridad alimentaria, un problema que tiene repercusiones significativas en el desarrollo infantil. Esta situación es especialmente alarmante, ya que más de la mitad de estos hogares incluyen niños, quienes son particularmente vulnerables a los efectos negativos de la inseguridad alimentaria.
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En los Estados Unidos, aproximadamente 13, 8 millones de hogares enfrentan inseguridad alimentaria, un problema que tiene repercusiones significativas en el desarrollo infantil. Esta situación es especialmente alarmante, ya que más de la mitad de estos hogares incluyen niños, quienes son particularmente vulnerables a los efectos negativos de la inseguridad alimentaria.
La investigación ha establecido un vínculo claro entre la inseguridad alimentaria y varios problemas de salud mental, así como déficits cognitivos.
A pesar de que existe un cuerpo considerable de investigaciones que examinan la asociación entre la inseguridad alimentaria y la sintomatología internalizada, como la depresión y la ansiedad, se ha prestado menos atención a cómo esta condición afecta a los síntomas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Además, hasta la fecha, ningún estudio ha explorado la conexión entre la inseguridad alimentaria y los síntomas del síndrome de desconexión cognitiva (SDC), a pesar de que este último está estrechamente relacionado con el TDAH y es influenciado por factores ambientales.
La situación es particularmente preocupante entre los adolescentes, quienes tienen casi el doble de probabilidades de experimentar inseguridad alimentaria en el hogar en comparación con los niños más pequeños.
Durante la adolescencia temprana, un período crítico de desarrollo, los jóvenes son más conscientes de los desafíos a los que se enfrentan y responden de manera distinta a estos, lo que podría tener implicaciones duraderas en su salud mental y cognitiva.
En este contexto, se llevó a cabo un estudio para investigar las asociaciones entre las dimensiones del TDAH y los síntomas del SDC, tal como fueron informados por padres, maestros y los propios jóvenes, en relación con la inseguridad alimentaria en adolescentes de 10 a 12. años (N = 136).
El estudio controló factores como la edad, el sexo, la raza y el uso de medicamentos para obtener resultados más precisos. Sorprendentemente, ninguna de las dimensiones del TDAH se afecta significativamente con la inseguridad alimentaria. Sin embargo, los síntomas del COSUDE, según lo informado por padres, maestros y los propios adolescentes, mostraron una asociación significativa con una mayor inseguridad alimentaria. Este hallazgo se mantiene sólido incluso al considerar los ingresos familiares, lo que refuerza la importancia de la relación identificada.
Estos resultados ponen de relieve la complejidad de la relación entre la inseguridad alimentaria y la salud mental, sugiriendo que los síntomas del SDC están fuertemente vinculados con la inseguridad alimentaria. Este descubrimiento subraya la necesidad urgente de priorizar la inseguridad alimentaria como un asunto crucial de salud pública, especialmente durante la adolescencia temprana, un período en el que las intervenciones pueden ser particularmente efectivas para prevenir consecuencias negativas a largo plazo en la vida de los jóvenes.
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