Las aplicaciones para teléfonos inteligentes han generado un interés creciente en el campo de la psiquiatría, especialmente por su potencial para ampliar el acceso a servicios de salud mental.
Estas intervenciones tecnológicas son especialmente útiles para llegar a poblaciones desatendidas que, de otro modo, tendrían dificultades para acceder a tratamient...
Las aplicaciones para teléfonos inteligentes han generado un interés creciente en el campo de la psiquiatría, especialmente por su potencial para ampliar el acceso a servicios de salud mental.
Estas intervenciones tecnológicas son especialmente útiles para llegar a poblaciones desatendidas que, de otro modo, tendrían dificultades para acceder a tratamientos tradicionales. Inicialmente, las aplicaciones móviles se centraron en ayudar a los usuarios a manejar estados emocionales adversos, como la depresión y la ansiedad.
Con el tiempo, la tecnología ha evolucionado para abordar una amplia gama de problemas de salud mental, incluyendo innovaciones como robots sociales para el autismo y robots sexuales como Roxxxy. Estas aplicaciones suelen emplear enfoques basados en la terapia cognitivo-conductual (TCC) y pueden ser utilizadas tanto de manera autónoma como con la asistencia de un profesional de la salud mental.
Un artículo reciente publicado en The Primary Care Companion for CNS Disorders comparó la eficacia de la terapia cognitivo-conductual tradicional con la terapia guiada por aplicaciones móviles. En el análisis se incluyeron seis ensayos clínicos que investigaron diversas poblaciones de pacientes, entre ellos personas con ansiedad, depresión, acrofobia y trastorno de pánico.
Los resultados mostraron que los pacientes más jóvenes obtuvieron mayores beneficios con las aplicaciones, lo que se atribuye a la integración más profunda de los teléfonos inteligentes en sus vidas cotidianas en comparación con las personas mayores. No obstante, en todos los grupos de edad se observó que la adherencia al tratamiento era mayor cuando existía algún grado de participación por parte de un médico.
Estos hallazgos subrayan el potencial de las aplicaciones móviles como una herramienta eficaz para el tratamiento de trastornos mentales, especialmente cuando se combinan con la guía y el apoyo de profesionales de la salud.
Aunque las aplicaciones pueden ofrecer una opción conveniente y accesible para muchos, la participación del médico sigue siendo un factor clave para maximizar la adherencia y la eficacia del tratamiento, lo que sugiere que una combinación de intervención tecnológica y apoyo clínico podría ser el enfoque más efectivo para el manejo de problemas de salud mental.
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