Las psicoterapias para el trastorno de estrés postraumático (TEPT) generalmente parten de la premisa de que la mejora en los síntomas del TEPT llevará a mejoras en el funcionamiento general de los pacientes. Sin embargo, pocos estudios han explorado en profundidad la interacción dinámica entre estos dos constructos, lo que limita la comprensión de c...
Las psicoterapias para el trastorno de estrés postraumático (TEPT) generalmente parten de la premisa de que la mejora en los síntomas del TEPT llevará a mejoras en el funcionamiento general de los pacientes. Sin embargo, pocos estudios han explorado en profundidad la interacción dinámica entre estos dos constructos, lo que limita la comprensión de cómo se influencian mutuamente durante el tratamiento.
Este estudio aborda esta brecha mediante el uso de un modelo de panel de intersecciones aleatorias con retardo cruzado para examinar la relación entre el funcionamiento y los síntomas del TEPT a lo largo de doce sesiones de tratamientos que se enfocan principalmente en mejorar el funcionamiento.
Métodos
Los participantes del estudio fueron 161 veteranos con TEPT que formaban parte de un ensayo controlado aleatorio, diseñado para comparar la terapia centrada en el presente con una versión mejorada de revelación adaptativa.
Se evaluaron tanto el funcionamiento como los síntomas del TEPT, los cuales se modelaron como una puntuación total del TEPT y también en términos de los subgrupos definidos por el DSM-5. El análisis se centró en cómo estos dos aspectos se influenciaban mutuamente a lo largo del tratamiento.
Resultados
Los resultados mostraron que, en general, los síntomas del TEPT, cuando se midieron como la puntuación total del trastorno, tendieron a predecir cambios en el funcionamiento con mayor frecuencia que el funcionamiento predijo los síntomas del TEPT.
Sin embargo, estos efectos no fueron evidentes hasta la sesión 7 del tratamiento, lo que sugiere que se requiere un tiempo significativo de intervención antes de que los síntomas del TEPT comiencen a influir en el funcionamiento de manera notable. En cuanto a los subgrupos de síntomas del TEPT, los resultados fueron más variados.
El funcionamiento predijo cambios en los subgrupos de TEPT B (intrusiones), C (evitación) y E (alteraciones en la excitación y la reactividad) en más puntos temporales a lo largo del tratamiento en comparación con los puntos en los que estos subgrupos de síntomas predijeron el funcionamiento. Esto sugiere que, aunque los síntomas del TEPT pueden influir en el funcionamiento general, el propio funcionamiento desempeña un papel crucial en la reducción de algunos de los síntomas específicos del TEPT, particularmente en las áreas de intrusiones, evitación y reactividad.
Conclusiones
Las relaciones dinámicas entre el TEPT y el funcionamiento en el contexto de tratamientos centrados en el funcionamiento son complejas. Este estudio revela que el funcionamiento no solo es un resultado pasivo del tratamiento, sino que también puede ser un factor activo en la reducción de ciertos síntomas clave del TEPT.
Estos hallazgos destacan la importancia de abordar tanto los síntomas como el funcionamiento de manera integrada en el tratamiento del TEPT, y sugieren que los enfoques terapéuticos que se centran en mejorar el funcionamiento pueden tener un impacto significativo en la disminución de los síntomas del trastorno, especialmente en etapas más avanzadas del tratamiento.
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