En la década de 1950, la compañía farmacéutica suiza Sandoz, que empleó al químico Albert Hofmann, quien descubrió la dietilamida del ácido lisérgico (lsd) y la psilocibina psicodélica serotoninérgica similar, puso estos medicamentos a disposición de la comunidad de investigación psiquiátrica como los...
En la década de 1950, la compañía farmacéutica suiza Sandoz, que empleó al químico Albert Hofmann, quien descubrió la dietilamida del ácido lisérgico (lsd) y la psilocibina psicodélica serotoninérgica similar, puso estos medicamentos a disposición de la comunidad de investigación psiquiátrica como los productos Delysid e Indocybin, respectivamente.
En la década de 1960, estos medicamentos habían causado una revolución en la ciencia del cerebro y la psiquiatría debido a su uso generalizado por parte de investigadores y médicos en muchos países occidentales, especialmente en los EE. UU. Antes de que se prohibiera el LSD, los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU financiaron más de 130 estudios que exploraron su utilidad clínica, con resultados positivos en una variedad de trastornos, pero particularmente en la ansiedad, la depresión y el alcoholismo.
Sin embargo, el desplazamiento del LSD hacia el uso recreativo y la eventual asociación con el movimiento contra la guerra de Vietnam llevó a la prohibición de todos los psicodélicos en los EE. UU. Esta prohibición se ratificó a nivel mundial en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre estupefacientes de 1971. Desde entonces, la financiación de la investigación, la producción de fármacos y el estudio de psicodélicos como agentes clínicos prácticamente se han detenido.
Hasta hace muy poco, ninguna empresa fabricaba psicodélicos de grado médico, lo que dificultaba mucho y en algunos países (por ejemplo, Alemania) obtener la aprobación reglamentaria para la investigación clínica, especialmente los ensayos clínicos, y era imposible.
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