Respira, orina, sangra e incluso se queja de dolor, tanto que, con su grito, desquiciaría a la enfermera con más paciencia del mundo. Se le puede desfibrilar, intubar, auscultar, punzar e inyectar medicamentos. No es un paciente real. Es un simulador que ha incorporado a su equipo técnico el Centro Experimental Cyborg de la Universidad Miguel Hernández (UMH) para apoyar la formación de los estudiantes y futuros profesionales sanitarios. Se conoce como SimMan 3G PLUS, aunque en la universidad prefieren llamarle Miguel.
Representa a un paciente adulto de cuerpo completo y, lo más importante, tiene una alta fidelidad y permite trabajar con equipos clínicos reales de los hospitales de acuerdo con las normas vigentes. Tanto es así que se le puede "medir de forma precisa la presión arterial con un manguito del esfigmomanómetro clínico estándar" así como los niveles de saturación de oxígeno con el mismo pulsioxímetro que se utiliza en un paciente real, sin necesidad de ningún equipo adicional para la monitorización del SpO2", detalla Laerda, la compañía que lo desarrolla. Es más, a Miguel se le puede hacer una desfibrilación, empleando varias opciones, de manera que los alumnos se pueden entrenar con electrodos o palas reales, utilizando un desfibrilador con corriente, o ver su electrocardiograma y hacerle una ecografía, como enfatiza Fernando Borrás, director del Centro Experimental Cyborg, en declaraciones a la universidad.
Además, Miguel puede ser un Miguelín, un tipo joven, o el abuelo Miguel, de 70 años. Puede incluso ser Michael, un afroamericano, o un oriental. ¿Cómo? Porque este modelo "incorpora caras intercambiables disponibles en todos los tonos de piel", incluso se puede cambiar para que sea un adulto o un anciano, consiguiendo, así, "un mayor realismo" y una formación basada en la diversidad, resalta la compañía. Y cuenta con brazos completamente articulados. El desarrollador subraya que el ciberpaciente puede conectarse con un programa (Laerdal Scenario Cloud), gracias al cual permite elegir entre varios escenarios creados por expertos en sus campos y "adaptarlos a las directrices locales o necesidades de formación específicas".Como informa la universidad, este simulador está creado "para una experiencia de simulación totalmente inmersiva".
El Centro Experimental Cyborg añade con esta enseñanza se logra "adquirir habilidades que, por su carácter invasivo, no pueden ser adquiridas mediante actuaciones reales como competencias clínicas". Y explican que "la metodología en las técnicas invasivas se realiza por fases y previo aprendizaje en maniquíes, posteriormente se desarrollan en piezas anatómicas humanas o en cadáver optimizado".De forma paralela, la Miguel Hernández cuenta con diferentes tipos de simuladores que los estudiantes emplean según sus conocimientos como, por ejemplo, gafas de realidad virtual o maniquís para practicar intubaciones, reanimaciones cardiopulmonares, auscultaciones o partos vaginales.
Proyecto 'Ciborg'Cyborg tiene como misión "la gestión del conocimiento en un sentido amplio a través de metodologías innovadoras encaminadas a la adquisición de competencias profesionales específicas en forma de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y trabajo en equipo y desarrollando tanto investigación traslacional como estrategias preventivas en salud-electrónica". Entre los servicios que ofrecen destacan: entrenamiento quirúrgico experimental; simulación robótica, en robots y maniquíes completos, interactivos y de alta tecnología; simulación virtual, basada en la visión con simuladores informáticos; análisis y debriefing; e-learning, e impresión y escaneado 3D.