En los primeros días de la pandemia de COVID-19, en medio de pérdidas y tragedias imprevistas, en el otoño de 2020 se estrenó una exposición única, "Reflexiones sobre el duelo y la pérdida de niños", en President Lincoln's Cottage.
Esta exhibición, primera en su tipo, une el dolor experimentado por los Lincoln por la muerte de sus hij...
En los primeros días de la pandemia de COVID-19, en medio de pérdidas y tragedias imprevistas, en el otoño de 2020 se estrenó una exposición única, "Reflexiones sobre el duelo y la pérdida de niños", en President Lincoln's Cottage.
Esta exhibición, primera en su tipo, une el dolor experimentado por los Lincoln por la muerte de sus hijos con el de las familias modernas en duelo que han perdido a sus hijos a causa de enfermedades, violencia y otras circunstancias trágicas.
La exposición pretende llegar a cualquiera que esté atravesando el profundo dolor de perder a un ser querido.
Dos artículos que siguieron captaron nuestra atención: uno, en el Washington Post, titulado "Mary Lincoln no estaba 'loca'". Ella era una madre desconsolada, dice una nueva exposición" y el otro, un artículo que invita a la reflexión de la revista Smithsonian titulado "Por qué los historiadores deberían reevaluar el dolor a menudo incomprendido de Mary Todd Lincoln".
En 1862, el presidente Abraham Lincoln y la primera dama Mary Lincoln enfrentaron la repentina pérdida de su hijo William, de 11 años, debido a una enfermedad. Las representaciones históricas sugieren que sus reacciones de dolor ante esta tragedia divergieron marcadamente.
A pesar de lamentar la pérdida, el presidente Lincoln se sumergió en el trabajo y solo unos meses después emitió la Proclamación de Emancipación y llegó a ser considerado uno de los presidentes más importantes de la nación.
Por el contrario, Mary Lincoln, etiquetada como "mujer alterada", soportó más traumas, incluida la pérdida de otros hijos y ser testigo del asesinato de su marido. El dolor moldeó profundamente su vida, afectó su funcionamiento diario y, finalmente, la consideraron enferma mental y la internaron en un sanatorio.
La narrativa histórica de cómo los Lincoln afrontaron la pérdida de su hijo sirve como un conmovedor recordatorio de las diversas formas en que los miembros de la familia afrontan el duelo tras perder a un ser querido.
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