Un paciente que se ve bien ve reforzada su autoestima y esto influye positivamente en la adherencia terapéutica, clave para el pronóstic, según han puesto de manifiesto durante el encuentro 'Cáncer y autoimagen: cuidados dermocosméticos en el paciente oncológico', una jornada multidisciplinar dirigida a enfermeras organizada por el Consejo General de Enfermería a través de su instituto de formación ISFOS con la colaboración de La Roche Posay.
Entre otros temas, se ha hecho hincapié en los cambios que experimenta el paciente oncológico durante todo el proceso, cambios muchas veces asociados a los tratamientos y que pueden conllevar incluso problemas de adherencia por el impacto que llegan a tener en su calidad de vida. En este sentido, Héctor Nafría Soria, supervisor de Oncología del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda de Madrid, ha subrayado cómo "hay efectos asociados al cáncer como son la caída del pelo, cambios en el peso, pérdidas funcionales asociadas, por ejemplo, a la colostomía o lo que se conoce como fatiga del cáncer, que se manifiesta en el rostro, que sabemos que pueden afectar mucho a la calidad de vida de los pacientes".
"Las enfermeras podemos contribuir a mejorar su autoestima mediante consejos, educación y divulgación y si mejoramos la autoestima sabemos que estamos contribuyendo a la adherencia terapéutica y con ello a un mejor pronóstico", ha añadido.
Por su parte, Jorgina Serra López, enfermera de práctica avanzada en inmunoterapia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau en Barcelona, se ha referido a los efectos adversos de los distintos tratamientos oncológicos en la piel. Se han descrito numerosos efectos secundarios en la piel relacionados con estas terapias, aunque ocho son los más frecuentes: piel seca, erupción papulopustular, exantema maculopapuloso, síndrome mano pie, fotosensibilidad, paroniquias o afecciones en las extremidades maños y uñas, picor y radiodermitis.
Como ha explicado esta enfermera, "entre un 50 y un 70% de los pacientes presentan problemas en la piel derivados de los tratamientos oncológicos". Aunque estos varían en función del tipo de tratamiento, hay dos que suelen coincidir como son la xerosis y el prurito.
Las principales herramientas con las que el paciente puede hacer frente a estos efectos secundarios son mantener unos buenos hábitos de higiene e hidratación. "Los cuidados deben realizarse cada 24 horas, salvo en el caso de que haya xerosis, entonces deben ser cada 12". Además de la frecuencia, también es importante qué productos se utilizan, para ello, se recomienda que "no contengan ni alcohol, ni perfumes, ni detergentes".
La fotosensibilidad es otro efecto adverso frecuente, que se asocia a tratamientos como la quimioterapia o la terapia dirigida. Por ello, es importante que estos pacientes utilicen fotoprotectores solares. A la hora de adquirir estos productos dirigidos al cuidado e higiene de la piel, ha apuntado David Garduño, responsable nacional del Departamento de Oncología de La Roche Posay, "solamente el 0,3% de la cosmética española está testada en el paciente oncológico y, aunque no es imprescindible realizar estos ensayos en los diferentes dermocosméticos para ser utilizados por estos pacientes, para nosotros es clave el uso de los mismos mediante la realización de estudios clínicos y observacionales que justifiquen esa tolerancia, eficacia y seguridad".
Según David Garduño, actualmente se recomienda que los pacientes que vayan a recibir un tratamiento oncológico comiencen estas rutinas de higiene e hidratación por lo menos 15 días antes. "Esto no va a hacer que no aparezcan los efectos secundarios, pero sí que la piel esté en mejores condiciones, con una capa córnea más gruesa y que, por tanto, se reduzca la severidad de esos efectos".
Más allá del cuidado de la piel, los pacientes pueden recurrir al maquillaje terapéutico o corrector, no sólo para verse mejor, sino también para mejorar su autoestima. Para hablar de cómo mejorar el aspecto mediante el maquillaje, Leonor Prieto Cabezas, directora científica de L'Oréal Dermatological Beauty, ha realizado un taller práctico en directo durante el cual los asistentes han podido trasladarle sus preguntas.
Prieto ha hecho hincapié en la importancia que supone que estos pacientes recuperen su imagen frente al espejo: "muchos nos dicen que se miran al espejo y no se reconocen. Por eso es tan importante devolverles su imagen porque cuando te ves bien te cuidas más y eso también repercute en la adherencia terapéutica".
El objetivo del maquillaje corrector es el de devolver al rostro su aspecto natural y uniforme. Pueden utilizarlo tanto mujeres como hombres para mejorar su imagen y sentirse mejor.
En cuanto a las características del fondo de maquillaje, que es el producto fundamental, ha subrayado que "son maquillajes más cubrientes, pero con un acabado natural. Son modulables, es decir, que podemos poner más cantidad en una zona para dar más cobertura, sin que cambie el color y la uniformidad, cosa que no se consigue con un fondo de maquillaje clásico", ha añadido.
La jornada ha contado también con el testimonio de los pacientes, en esta ocasión, de Sandra Ibarra, presidenta de la Fundación Sandra Ibarra.
"El descuido físico es el principio del descuido emocional. Cuando afrontamos el cáncer, obviamente debemos priorizar los tratamientos, pero de ellos surgen efectos que impactan en nuestra autoimagen y cómo nos percibimos afecta profundamente nuestro bienestar emocional".
"Cuidarnos físicamente es un acto de amor propio, una forma de reconstruirnos en los días difíciles, de encontrar fuerzas en la imagen que proyectamos.
En medio de la adversidad, vernos bien y con dignidad nos ayuda a sentirnos mejor", ha añadido.
La vida sexual es otra de las facetas que el paciente oncológico puede ver mermada. Aquí intervienen varios factores, tanto físicos como psicológicos. Como ha explicado Ana Isabel Gutiérrez Salegui, psicóloga general sanitaria, "de un lado, están los efectos secundarios de los propios fármacos, que pueden afectar a la excitación, al deseo y al orgasmo. De otro, todo aquello que tiene que ver con la autoestima y la autoimagen".
"La caída del cabello y otros cambios físicos pueden afectar no tanto a la respuesta sexual como al hecho de que el paciente no se sienta deseable para su pareja y eso le dificulte mantener relaciones sexuales. En determinados tipos de cáncer, como el de mama, el de ovarios o el de próstata, donde se ven afectados órganos sexuales y zonas, como el pecho, altamente sexualizadas, la inseguridad o el miedo a que pueda haber complicaciones son aún mayores.
De hecho, a menudo, la pareja puede también tener cierto miedo a provocar algún daño durante las relaciones. Por eso, es importante que, cuando sea necesario, la ayuda psicológica vaya enfocada a ambos miembros de la pareja y no sólo al paciente".
Gutiérrez Salegui ha hecho hincapié en que el abordaje debe ser multidisciplinar y como consejos ha subrayado que "la sexualidad debe entenderse en un sentido amplio y no pensar que siempre debe haber penetración ya que puede haber situaciones en las que esta no sea posible. Sin embargo, hay otro tipo de prácticas desgenitalizadas que también pueden proporcionar mucho placer a la pareja y que pueden ponerse en práctica como son los masajes, bañarse juntos, incorporar algunos juguetes, etc".