Las investigaciones sobre el uso de psicodélicos para tratar afecciones psiquiátricas, como la depresión y la adicción, están en auge. Sin embargo, las interacciones entre estos tratamientos experimentales y los tratamientos convencionales, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (isrs), siguen siendo áreas de estudio cr&iacu...
Las investigaciones sobre el uso de psicodélicos para tratar afecciones psiquiátricas, como la depresión y la adicción, están en auge. Sin embargo, las interacciones entre estos tratamientos experimentales y los tratamientos convencionales, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (isrs), siguen siendo áreas de estudio crítico.
En este informe de caso, se examina una recomendación basada en observaciones clínicas tempranas de suspender los ISRS antes de usar psilocibina, y se explora una posible recaída en la adicción como consecuencia de esa suspensión.
Informe de caso
El Sr. A, un empresario de 31 años con trastorno depresivo mayor (TDM), trastorno de ansiedad generalizada (TAG) y trastorno por consumo de alcohol (TCA), fue evaluado tras presentar un historial de consumo excesivo de alcohol (28 días de consumo en el último mes, con 5 a 6 bebidas por ocasión).
Las pruebas de función hepática mostraron niveles elevados de aspartato transaminasa (63 U/L) y alanina transaminasa (56 U/L). La evaluación recomendó tratamiento residencial para el TCA grave, que el paciente rechazó, optando en cambio por reducir su consumo de alcohol y comenzar tratamiento con escitalopram (10 mg diarios) y naltrexona (380 mg mensuales).
Con este tratamiento, el Sr. A logró estabilidad emocional y abstinencia temprana sin un entorno controlado. Posteriormente, decidió someterse a una "ceremonia" con psilocibina, inspirada por investigaciones que encontró en Internet, a pesar de su interés en mantener la abstinencia.
Tras ocho semanas de tratamiento con escitalopram, interrumpió el uso del ISRS una semana antes de la ceremonia. Durante la experiencia con psilocibina, describió una intensa activación psicosensorial, afirmando que los "árboles caminaban", y encontró la experiencia gratificante, lo que le ayudó a apreciar más su vida. Sin embargo, también notó un aumento en la conciencia de sus antojos de alcohol.
Después de la ceremonia, no reinició el escitalopram pero continuó con la naltrexona. Tres meses después de alcanzar la sobriedad, el Sr. A experimentó una fuerte recaída en el consumo de alcohol (varios días de consumo de 5 bebidas al día), que coincidió con dos a tres semanas después de la suspensión del escitalopram y la ceremonia de psilocibina.
Discusión
Diversos factores probablemente contribuyeron a la recaída del Sr. A. La combinación de ISRS y naltrexona es eficaz para tratar la depresión y el TCA, y se ha demostrado que prolonga la abstinencia y reduce la probabilidad de recaída en comparación con el uso de uno de los fármacos por separado o con placebo.
En este caso, es posible que la suspensión del ISRS provocara la reaparición de síntomas de depresión y ansiedad, lo que incrementó los antojos negativos y la probabilidad de recaída.
Aunque la naltrexona podría haber reducido en parte la gravedad de la recaída, no fue suficiente para evitarla.
Además, la elección de una experiencia no regulada con psilocibina, en lugar de continuar con un tratamiento formal para el TCA y los trastornos comórbidos de depresión y ansiedad, dejó al Sr. A sin el apoyo necesario cuando la recaída ocurrió.
Aunque la psilocibina puede haber proporcionado una experiencia positiva, esto no fue suficiente, por sí solo o en combinación con naltrexona, para evitar que volviera al consumo excesivo de alcohol. El aumento de la conciencia sobre los antojos tras la experiencia con psilocibina plantea la cuestión de si este aumento fue el resultado de la interrupción de los ISRS o una consecuencia de la experiencia psicodélica.
La atención regular a los síntomas de depresión, ansiedad y antojos es clave en el tratamiento de pacientes con diagnóstico dual. En este caso, parece que la psilocibina no pudo compensar la falta de un tratamiento adecuado para el trastorno psiquiátrico subyacente.
Estudios recientes sugieren que el uso de psilocibina en combinación con psicoterapia puede reducir el consumo excesivo de alcohol en personas con trastorno por consumo de alcohol (TCA) que no tienen trastornos psiquiátricos o de uso de sustancias comórbidos. Sin embargo, este caso destaca la importancia de considerar cuidadosamente los riesgos y beneficios de interrumpir tratamientos serotoninérgicos efectivos, como los ISRS, cuando se considera el uso experimental de psicodélicos.
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