Uso de psicoestimulantes en el tratamiento del trastorno depresivo mayor resistente al tratamiento
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Autor/autores: Sara l. Pucci
Artículo revisado por nuestra redacción
Antecedentes El trastorno depresivo mayor resistente al tratamiento (TRD) se diagnostica cuando un paciente no alcanza la remisión de síntomas tras al menos dos ensayos adecuados con antidepresivos. Esta condición afecta a un número considerable de pacientes y representa un desafío clínico significativo debido a su elevada carga funcional y riesgo increme...
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Antecedentes
El trastorno depresivo mayor resistente al tratamiento (TRD) se diagnostica cuando un paciente no alcanza la remisión de síntomas tras al menos dos ensayos adecuados con antidepresivos. Esta condición afecta a un número considerable de pacientes y representa un desafío clínico significativo debido a su elevada carga funcional y riesgo incrementado de cronicidad, comorbilidades y suicidio.
Las guías de práctica clínica recomiendan en estos casos dos estrategias principales:
- Cambio a un antidepresivo alternativo, que puede incluir tricíclicos o inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO).
- Augmentación con un antipsicótico de segunda generación.
Sin embargo, estas opciones presentan limitaciones en la práctica clínica: efectos adversos relevantes, dificultades de tolerabilidad, y alto riesgo de interacciones farmacológicas, especialmente en pacientes con múltiples comorbilidades médicas y polifarmacia.
Rationale for Psychostimulants
Ante este panorama, existe la necesidad de explorar opciones terapéuticas adicionales. Entre ellas, los psicoestimulantes han despertado interés como tratamiento adyuvante en TRD. Estos fármacos, que incluyen metilfenidato, modafinilo, lisdexanfetamina y anfetaminas, actúan sobre sistemas dopaminérgicos y noradrenérgicos, lo que podría potenciar la respuesta antidepresiva, mejorar la energía, la motivación y la capacidad de concentración, síntomas frecuentemente resistentes al tratamiento convencional. La literatura disponible, aunque limitada, sugiere que los psicoestimulantes pueden ser útiles en subgrupos específicos de pacientes, particularmente aquellos con apatía marcada, fatiga, enlentecimiento psicomotor o comorbilidad con trastornos por déficit de atención. No obstante, los ensayos clínicos han mostrado resultados mixtos, y la mayoría son de pequeño tamaño muestral o de corta duración.
Safety and Clinical Considerations
Es importante subrayar que el uso de psicoestimulantes en TRD no está exento de riesgos. Entre los efectos adversos más comunes se encuentran insomnio, ansiedad, taquicardia e hipertensión, así como un potencial de abuso o dependencia. Por ello, su utilización requiere una evaluación individualizada, con especial precaución en pacientes con antecedentes de trastornos por uso de sustancias, ansiedad severa o enfermedad cardiovascular.
Conclusiones
El presente manuscrito revisará la evidencia existente y aportará “perlas clínicas” derivadas de un caso ilustrativo, destacando tanto las posibilidades terapéuticas como las precauciones necesarias en el empleo de psicoestimulantes en TRD. En definitiva, aunque estos fármacos no deben considerarse aún un tratamiento de primera línea, representan una estrategia prometedora para pacientes cuidadosamente seleccionados, siempre dentro de un abordaje multidisciplinar e individualizado.
Resumen modificado por Cibermedicina
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