A través de la regulación tanto de la feminidad como de la gordura, las normas dominantes en las comunidades queer construyen la gordura y la feminidad como excesivas, desexualizadas/hipersexualizadas y que no merecen el deseo, el placer y el cuidado sexuales.
El cuidado, como una postura ética femenina que enfatiza la relacionalidad y la interdependencia, no se asocia t&iac...
A través de la regulación tanto de la feminidad como de la gordura, las normas dominantes en las comunidades queer construyen la gordura y la feminidad como excesivas, desexualizadas/hipersexualizadas y que no merecen el deseo, el placer y el cuidado sexuales.
El cuidado, como una postura ética femenina que enfatiza la relacionalidad y la interdependencia, no se asocia típicamente con tener una relación sexual, pero es fundamental en el trabajo y las intervenciones de la terapia sexual.
En este artículo, sostenemos que la teoría de la mujer y la ética del cuidado ofrecen intersecciones productivas en términos de elaborar una ética del cuidado en la práctica de la terapia sexual y el activismo para cuerpos gordos de todos los géneros.
Usando el ejemplo del taller Fat Fuckers desarrollado en Ontario, Canadá, ofrecido internacionalmente y en línea, este artículo describe cómo el trabajo terapéutico sexual que combina el activismo gordo, el cuidado, la construcción de comunidad y la relacionalidad funcionan en las intersecciones de la teoría de la mujer, los estudios sobre la gordura y la ética del cuidado.
Este artículo combina la teoría con la praxis al describir el taller Fat Fuckers como una forma de activismo que simultáneamente promueve la identificación de los gordos y el cuidado de los cuerpos gordos en la terapia sexual mientras ilustra una forma matizada de relacionalidad femenina para sujetos gordos y sexualidades.
A través de este, se describen consejos prácticos para profesionales (por ejemplo, terapeutas sexuales, activistas y trabajadores sexuales) con implicaciones teóricas para los estudiosos de la sexualidad. Este artículo combina la teoría con la praxis al describir el taller Fat Fuckers como una forma de activismo gordo que simultáneamente promueve la identificación de los gordos y el cuidado de los cuerpos gordos en la terapia sexual mientras ilustra una forma matizada de relacionalidad femenina para sujetos gordos y sexualidades.
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