Los videojuegos violentos influyen en la agresividad independientemente del sexo, edad, empatía, de si previamente se era o no violento y del mayor o menor control parental, según un estudio que se publica en la revista “JAMA Pediatrics”. Estos juegos intervienen a través de las cogniciones agresivas, es decir, mecanismos psicológicos que incluyen desde fantasías vehementes hasta la tendencia a atribuir a los demás intenciones crueles.

Douglas A. Gentiles, profesor de Psicología y director del Media Research Lab en la Universidad Estatal de Iowa y sus colegas decidieron seleccionar a 3.034 chicos y chicas y evaluarlos en tres oleadas a lo largo de otros tantos años.

La encuesta utilizada midió la frecuencia del empleo de videojuegos violentos durante los días laborables y fines de semana, el comportamiento agresivo, las cogniciones agresivas, que ponderan la aceptabilidad de ciertos comportamientos agresivos, las fantasías violentas y la tendencia a considerar provocadoras acciones de un tercero que en realidad son ambiguas, la empatía o identificación mental y afectiva con el estado de ánimo ajeno, y la implicación de los padres.

Los resultados muestran que este tipo de entretenimiento aumenta el comportamiento agresivo, y lo hace igual en niños que en niñas, lo que modula creencias previas sobre la desafección femenina hacia la violencia. Por otra parte, la capacidad de empatía del individuo no media en el efecto de los videojuegos, como tampoco lo hace la predisposición previa a la agresividad. "Esto confirma hallazgos anteriores según los cuales el efecto se produce en chicos con alta y baja agresividad y desmiente la creencia común de que la aumenta solo en los que ya son agresivos", explican los autores.

Y comprobaron que la edad desempeña un papel poco relevante, aunque subrayaron que empezar desde pequeño provoca un impacto inicial, ya que se aprenden las normas sociales y culturales.

Llos autores apuntan que "jugar de forma habitual a videojuegos violentos aumenta el comportamiento agresivo a largo plazo al producir cambios en las cogniciones agresivas, con independencia de factores como el sexo, la edad, la agresividad inicial y la implicación de los padres." Esto tiene implicaciones importantes en la salud pública e incide en la elaboración de estrategias de intervención para reducir los efectos negativos de los videojuegos.

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