Autor/autores:
Mary L. Woody, Aleksandra Kaurin ,Kirsten M.P. McKone...(et.al)
Los síntomas de ansiedad social aumentan rápidamente durante la adolescencia, particularmente en las niñas. Las demostraciones generalizadas de afecto negativo de los padres pueden aumentar el miedo de los adolescentes a la evaluación negativa (FNE), lo que aumenta el riesgo de síntomas de ansiedad social. Las demostraciones de afecto negativo en los adolescente...
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Los síntomas de ansiedad social aumentan rápidamente durante la adolescencia, particularmente en las niñas. Las demostraciones generalizadas de afecto negativo de los padres pueden aumentar el miedo de los adolescentes a la evaluación negativa (FNE), lo que aumenta el riesgo de síntomas de ansiedad social.
Las demostraciones de afecto negativo en los adolescentes también pueden exacerbar los síntomas de ansiedad social de los padres (a través de la FNE de su hijo o sus habilidades de crianza), sin embargo, poca investigación ha probado las vías transaccionales de transmisión en las familias.
En la adolescencia temprana, aumentan las tasas de conflicto entre padres e hijos, y los hijos se vuelven cada vez más independientes en sus propias manifestaciones de afecto negativo, lo que aumenta las oportunidades para vías transaccionales hipotéticas entre las manifestaciones de afecto negativo entre padres e hijos y los síntomas de ansiedad social.
Este estudio incluyó a 129 padres e hijas (11–13; sin trastorno de ansiedad social de referencia), dos tercios de los cuales tenían un alto riesgo de ansiedad social debido a un temperamento tímido/temeroso.
Utilizamos modelos de interdependencia actor-pareja (APIM) para probar si las manifestaciones de afecto facial negativo, evaluadas individualmente para cada padre e hija durante una discusión de conflicto, predecirían los síntomas de ansiedad social de su pareja dos años después.
La codificación automática del afecto facial evaluó la frecuencia del afecto negativo durante la discusión. Las calificaciones clínicas de los síntomas de ansiedad social se completaron al inicio del estudio ya los dos años de seguimiento.
Tanto los padres como las hijas que mostraron un afecto facial negativo más frecuente al inicio del estudio tenían parejas con mayores síntomas de ansiedad social en el seguimiento, un efecto que se mantuvo después de tener en cuenta los síntomas iniciales de los actores y las parejas.
Los hallazgos son consistentes con los modelos intergeneracionales que postulan que los comportamientos afectivos negativos de los padres aumentan el riesgo de síntomas de ansiedad social en los adolescentes, pero también sugieren que el afecto facial negativo de los adolescentes puede exacerbar los síntomas de ansiedad social de los padres.
Estos efectos bidireccionales mejoran la comprensión de cómo se mantiene la ansiedad social dentro de una estructura familiar transaccional y resaltan que las manifestaciones de afecto negativo durante la interacción entre padres y adolescentes pueden justificar un examen futuro como un posible objetivo de tratamiento para la ansiedad social adolescente.
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