La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, causó cierta sorpresa cuando anunció, en 2017, una Revisión independiente de la Ley de salud mental para Inglaterra y Gales (revisión de MHA). A diferencia de la revisión anterior, que llevó a la Ley de 2007, esta nueva iniciativa no fue impulsada por preocupaciones en torno a la seguridad pública. En cambio, los objetivos fueron abordar el rápido aumento de las detenciones, particularmente entre personas de grupos étnicos negros; lograr una mejor alineación con la evolución reciente de los derechos humanos; y para aclarar la compleja interfaz entre la MHA y la Ley de Capacidad Mental (2005), que proporciona un marco legal adicional para tomar decisiones en nombre de las personas que no tienen la capacidad de tomar decisiones por sí mismas.
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