Autor/autores:
AL Byrd ,V. vid ,OA Frigoletto ,S. Vanwoerden...(et.al)
Las respuestas de los padres a las emociones negativas, un componente clave de la socialización de las emociones, pueden funcionar para aumentar (o disminuir) la agresión reactiva con el tiempo a través de efectos indirectos sobre la desregulación de las emociones. Sin embargo, a pesar de su relevancia transdiagnóstica, muy poca investigación ha examinado ...
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Las respuestas de los padres a las emociones negativas, un componente clave de la socialización de las emociones, pueden funcionar para aumentar (o disminuir) la agresión reactiva con el tiempo a través de efectos indirectos sobre la desregulación de las emociones. Sin embargo, a pesar de su relevancia transdiagnóstica, muy poca investigación ha examinado esta vía de riesgo de desarrollo y ningún estudio lo ha hecho durante la transición volátil y vulnerable a la adolescencia.
El estudio actual utiliza una muestra de jóvenes remitidos clínicamente ( N = 162; edad media = 12, 03 años; 47% mujeres) y sus padres para examinar las respuestas de apoyo y no apoyo de los padres a las emociones negativas utilizando un método múltiple (cuestionario, evaluación ecológica momentánea [EMA], observación), enfoque de múltiples informantes (niño-, padre-, médico- calificado).
La desregulación emocional y la agresión reactiva se evaluaron a través del informe del niño durante un protocolo EMA de 4 días completado al mismo tiempo y 9 meses después. Se utilizaron modelos de ecuaciones estructurales multivariadas para examinar las vías directas e indirectas desde las respuestas de los padres a las emociones hasta los informes diarios de desregulación de las emociones y agresión reactiva.
De acuerdo con las hipótesis, las respuestas de los padres a la emoción predijeron la agresión reactiva a través de los efectos sobre la desregulación de la emoción.
Este efecto indirecto estuvo presente para las respuestas parentales de apoyo y no apoyo a la emoción, de modo que las respuestas de apoyo de los padres disminuyeron el riesgo y las respuestas de no apoyo aumentaron el riesgo. Además, los hallazgos indicaron una predicción diferencial por informante, y esto fue específico de las respuestas de apoyo de los padres a la emoción, en las que el apoyo informado por el niño fue protector, mientras que el apoyo informado por los padres, inesperadamente, tuvo el efecto contrario.
Se discute la importancia clínica de integrar las respuestas parentales de apoyo y no apoyo a la emoción negativa en los modelos etiológicos y de intervención de la agresión reactiva.
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