Los modelos de procesos emocionales familiares transdiagnósticos reconocen las características y comportamientos relacionados con las emociones de los padres como contribuyentes clave al desarrollo emocional y al funcionamiento psicológico del niño. Uno de esos resultados psicológicos, la ansiedad infantil, es prevalente y emergente temprano, lo que subraya la im...
Los modelos de procesos emocionales familiares transdiagnósticos reconocen las características y comportamientos relacionados con las emociones de los padres como contribuyentes clave al desarrollo emocional y al funcionamiento psicológico del niño. Uno de esos resultados psicológicos, la ansiedad infantil, es prevalente y emergente temprano, lo que subraya la importancia de identificar los mecanismos tempranos relacionados con la familia y las emociones involucrados en el riesgo de ansiedad.
Investigamos hasta qué punto los rasgos y comportamientos relacionados con las emociones de la madre y el niño se relacionaban con la ansiedad del niño en una muestra comunitaria de 175 díadas madre-hijo. Utilizando tres puntos de tiempo (niños de 2 a 4 años, evaluaciones con 1 año de diferencia), examinamos cómo la desregulación emocional de las madres predijo sus prácticas de socialización emocional (de apoyo o no) y la regulación de las emociones de los niños (ER; atención- o cuidador-enfocado) a lo largo del tiempo, en relación con la ansiedad infantil posterior.
Los modelos controlados por el temperamento inhibido del niño y también probaron el papel de la ansiedad materna en estas trayectorias. Las madres informaron sobre la desregulación de sus emociones, la socialización de las emociones y la ansiedad propia y de su hijo, mientras que la ER infantil y el temperamento inhibido se midieron mediante observación de laboratorio.
En los modelos de socialización de emociones de apoyo, la desregulación de las emociones maternas predijo la ansiedad del niño 2 años después. Surgió un efecto indirecto, tal que una mayor desregulación de las emociones maternas predijo una mayor socialización de las emociones sin apoyo, que a su vez se relacionó con una mayor ER centrada en el cuidador de los niños.
La desregulación de las emociones maternas, la ansiedad materna y el temperamento inhibido del niño predijeron la ansiedad del niño por encima y más allá de otras variables, aunque su variación compartida probablemente explica algunos de los resultados. Los hallazgos brindan apoyo parcial a los modelos teóricos actuales de los procesos emocionales familiares transdiagnósticos y el desarrollo de la ansiedad infantil, lo que sugiere vías prometedoras de investigación futura.
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