Autor/autores:
Deidre M Anglin
La mayoría de los estudios sobre la densidad étnica del vecindario y la psicosis han utilizado datos transversales para explorar la asociación entre los dos. Específicamente, la evidencia que proviene predominantemente de países europeos (por ejemplo, el Reino Unido, los Países Bajos) ha respaldado la hipótesis de la densidad étnica, es decir...
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La mayoría de los estudios sobre la densidad étnica del vecindario y la psicosis han utilizado datos transversales para explorar la asociación entre los dos. Específicamente, la evidencia que proviene predominantemente de países europeos (por ejemplo, el Reino Unido, los Países Bajos) ha respaldado la hipótesis de la densidad étnica, es decir, que vivir en un vecindario con una menor proporción del propio grupo étnico está asociado con un mayor riesgo de psicosis.
Los resultados de los estudios que determinan la densidad étnica del vecindario al inicio de la enfermedad o cerca de este son vulnerables a las interpretaciones de la deriva social en los vecindarios a lo largo del tiempo.
Esto es especialmente preocupante ya que otros resultados, como la depresión y la ansiedad, que son menos vulnerables a los procesos de selección social, muestran asociaciones más débiles y menos consistentes con la densidad étnica del vecindario.
Si bien los investigadores que usaron un registro danés fueron los primeros en abordar esta vulnerabilidad al apoyar la hipótesis de la densidad étnica longitudinalmente, el estudio de Jennifer Dykxhoorn y colegas publicado en The Lancet Psychiatry es el primero en hacer esto mientras diferencia la densidad de migrantes de primera generación de la segunda generación y probable estado de minoría visible del probable estado de minoría no visible.
Un gran registro prospectivo de población sueca capturó la densidad étnica del vecindario de 468 223 migrantes y sus hijos a la edad de 15 años, o cuando se produjo la migración a Suecia si tenía más de 15 años. Esta cohorte fue rastreada hasta la emigración, la muerte o el final del estudio (31 de diciembre de 2016) para el resultado de un diagnóstico ICD-10 de psicosis no afectiva (F20-29). Además de replicar el hallazgo de la densidad étnica (es decir, una disminución del 5% en la densidad de migrantes de la propia región correspondió a un aumento del 3% en el riesgo de psicosis), que se fortaleció después de controlar los factores de confusión conocidos en el vecindario, como la privación y la densidad de población y factores individuales como los indicadores socioeconómicos familiares (razón de riesgo 1 · 05 [IC 95% 1 · 03–1 · 06]), encontraron un mayor riesgo tanto en migrantes como en hijos de migrantes.
Este estudio también mostró que, en el caso de los migrantes, la densidad migratoria reducida del grupo propio específica de la generación se asoció con el riesgo de psicosis (razón de riesgo 1 · 07 [1 · 04–1 · 11] por cada 5% de disminución de la densidad).
Vivir día a día entre otros migrantes de primera generación de la región de origen podría ser particularmente importante dado que los migrantes generalmente están menos aculturados a la nueva sociedad que la segunda generación. Es probable que la densidad específica de la generación afecte el grado en que uno puede encontrar a otras personas que hablen el mismo idioma, tengan una fuerte identidad cultural y compartan recuerdos del hogar.
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