La psicosis es más frecuente entre las personas en prisión en comparación con la comunidad. La detección temprana es importante para optimizar los resultados de salud y justicia; Para algunos, esta puede ser la primera vez que han sido evaluados clínicamente.
Este estudio tiene como objetivo determinar los factores asociados con un primer diagnóstico de p...
La psicosis es más frecuente entre las personas en prisión en comparación con la comunidad. La detección temprana es importante para optimizar los resultados de salud y justicia; Para algunos, esta puede ser la primera vez que han sido evaluados clínicamente.
Este estudio tiene como objetivo determinar los factores asociados con un primer diagnóstico de psicosis en prisión y describa el tiempo hasta el diagnóstico desde la entrada en prisión.
Este estudio de cohorte retrospectivo describe individuos identificados por primera vez con psicosis en las cárceles de Nueva Gales del Sur (NSW) (2006-2012). La regresión logística se utilizó para identificar los factores asociados con un primer diagnóstico de psicosis. La regresión de Cox se utilizó para describir el tiempo hasta el diagnóstico desde la entrada en prisión.
De los 38 489 diagnosticados con psicosis por primera vez, 1, 7% (n = 659) ocurrieron en prisión. Los factores asociados con una mayor probabilidad de ser diagnosticados en prisión (versus comunidad) fueron: género masculino (odds ratio (OR) = 2. 27, IC 95% 1. 79–2. 89), Aborigenidad (OR = 1. 81, IC 95% 1. 49–2. 19), edad avanzada (OR = 1. 70, IC 95% 1. 37–2. 11 por 25–34 años y OR = 1. 63, IC 95% 1. 29–2. 06 por 35–44 años) y área socioeconómica desfavorecida (OR = 4. 41, IC 95% 3. 42–5. 69 ) Ocho de cada diez fueron diagnosticados dentro de los 3 meses posteriores a la recepción.
Entre los diagnosticados con psicosis por primera vez, solo se identificó un pequeño número durante el encarcelamiento y la mayoría se identificó en los primeros 3 meses después del encarcelamiento. Esto sugiere buenos procesos de detección en las cárceles de Nueva Gales del Sur para detectar a las personas con enfermedades mentales graves. Es importante que estas personas reciban la atención adecuada en la cárcel, tengan la oportunidad de volver a escuchar los asuntos y posiblemente desviarlos al tratamiento, y posteriormente se conecten a los servicios comunitarios de salud mental al ser liberados.
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