· No pasar de 0 a 100 en un segundo y hacer un pequeño stop de vez en cuando es clave para afrontar la vuelta al trabajo
· No se debe aprovechar el trayecto de camino al trabajo en el metro o bus para adelantar tareas o problemas al llegar a la oficina
· Los adultos no tienen período de adaptación como los niños de preescolar, así que no es de extrañar que la vuelta al trabajo pueda sentar como un jarro de agua fría
· El mindfulness ofrece una serie de consejos para retomar la rutina de una manera más llevadera
El verano va tocando a su fin y eso significa que a la gran mayoría de los trabajadores se les acaban las vacaciones. Además, “los adultos no tienen período de adaptación como los niños de preescolar así que no es de extrañar que a más de uno la vuelta al trabajo le siente como un jarro de agua fría”, destaca Roberto Alcibar, especialista en mindfulness.
Ante esta situación, el especialista ofrece distintas técnicas y ejercicios que van a “ayudar a controlar la ansiedad de la vuelta e incluso a disfrutar de las pequeñas cosas que conforman la rutina de nuestro día a día”.
1. Toma conciencia de la realidad
No aproveches el trayecto de camino al trabajo en el metro o en el bus para anticipar las tareas o problemas que te encontrarás al llegar a la oficina. Apaga el piloto automático y concédete unos minutos para observar la realidad que te rodea, sin juzgar. Mira a los otros pasajeros, siente el traqueteo del vagón o del bus, fíjate en los sonidos que se producen al frenar o al abrir y cerrar las puertas… Verás cómo te relajas y llegarás a la oficina con mejor ánimo.
2. Si puedes, no pases de 0 a 100 en un segundo
Cuando llegues a tu mesa de trabajo, tómate tu tiempo antes de encender el ordenador. Respira, sé consciente de tu entorno, mira qué ha cambiado y qué no en el tiempo que has estado fuera. Observa, sin prisas, el espacio en el que estás y la gente que hay en él. Disfruta de ese momento.
3. Haz un pequeño stop de vez en cuando.
No se trata de que te escaquees de tus obligaciones, sino de que te lo tomes con calma y no te sobrecargues de tareas desde el primer día. Levanta la vista de la pantalla y toma conciencia del entorno que te rodea. Si puedes, mira alguna vez por la ventana y observa lo que hay fuera. Haciéndolo, además de descansar la vista, también estarás relajando tu mente.
4. Dedica tiempo a la meditación.
Tras las vacaciones, la vorágine del trabajo y las tareas domésticas del día a día han vuelto a tu vida. Lo mejor que puedes hacer cuando llegues a casa es parar un momento para meditar, analizar lo que has hecho a lo largo de todo el día y ponerlo en valor. Hay que poner el foco en la respiración durante 5 minutos; simplemente observando y acompañando a la inspiración y exhalación. No hay que cambiar el ritmo natural ni cambiar, solo centrar a mente en la respiración.
5. Y, un último consejo, si puedes, cuando acabe la jornada laboral, desconecta el móvil, al menos el móvil del trabajo. Una vez apagado, pon toda tu atención en el aquí y ahora y disfrútalo.
