La falta de sueño se ha convertido en un problema de salud pública cada vez más común en las sociedades industrializadas. Las personas que sufren trastornos del sueño suelen experimentar un despertar de baja calidad, con síntomas como somnolencia, fatiga, cambios de humor y una notable reducción de la concentración.
Además, factores del entorno del dormitorio —como la luz , el sonido y la temperatura— influyen directamente en la calidad del descanso, aunque en muchos casos no se les presta la atención necesaria.
En este contexto, un equipo de investigadores de la Universidad Metropolitana de Osaka ( Japón ) ha llevado a cabo un estudio que sugiere que la luz natural puede jugar un papel clave a la hora de recrear entornos de descanso más saludables y realistas.
Dado que alrededor del 80% de nuestro tiempo transcurre en espacios interiores , el objetivo de esta investigación —publicada en la revista Building and Environment — fue cómo evaluar el control de la luz natural influye en la calidad del despertar y definir las mejores prácticas para su aplicación en habitaciones .
Un despertar más placentero
El experimento se basó en el uso de dispositivos motorizados que abrían o cerraban las ventanas para gestionar la entrada de luz natural .
A los participantes se les midieron de forma repetida indicadores de somnolencia, fatiga y estado de alerta, tanto de manera subjetiva como con herramientas objetivas.
El estudio buscaba comprobar si una exposición moderada a la luz natural justo antes de despertarse podía favorecer una vigilia más activa.
Para ello, se diseñaron tres condiciones experimentales con 19 participantes :
IA: luz natural controlada 20 minutos antes de despertar.
IB: luz natural desde el amanecer hasta el momento de despertarse.
CC: sin exposición a luz natural antes de despertar.
Después de cada sesión, se evaluó a los participantes mediante electrocardiogramas, electroencefalogramas y cuestionarios sobre su nivel de fatiga, alerta y somnolencia.
Los resultados mostraron que quienes se expusieron a la luz natural en las condiciones IA y IB reportaron menos somnolencia que en la situación CC.
Además, se observará que la modalidad IA fue la más beneficiosa, ya que una exposición excesiva a la luz, como ocurría en IB, podía generar efectos negativos.
El profesor Matsushita, miembro del equipo de investigación, concluyó que en el futuro esperan perfeccionar el control de la luz natural para adaptarlo a las estaciones y la hora del día, con el fin de lograr un despertar más cómodo y reparador