Los sanitarios también pueden quedar traumatizados cuando el tratamiento administrado a un enfermo no funciona.
Existen estudios que identifican a los profesionales sanitarios como segundas víctimas cuando se produce un efecto adverso en un paciente. La psicóloga Elisa Sánchez, coordinadora del Grupo de Salud Laboral del Colegio de Psicólogos de Madrid, estima también que pueden convertirse en segundas víctimas y quedar traumatizados cuando el tratamiento no funciona.
Las segundas víctimas no siempre muestran síntomas. Depende de su historia, su experiencia y de la severidad de la situación que han vivido. “Es un estrés secundario que normalmente se sabe gestionar peor”, comenta Elisa Sánchez, quien advierte del peligro de que el afectado utilice el mecanismo de despersonalizar su trabajo, de tratar la enfermedad y no al enfermo, actitud que conduce al síndrome de Burnout.
“Estos profesionales precisan hacer un duelo, transitar por todas sus fases, deben darse permiso para llorar y compartir con otras personas”, aconseja esta psicóloga. Las segundas víctimas necesitan ser escuchadas y comprendidas, por lo que las técnicas de ventilación emocional en grupo resultan muy útiles, como los grupos de Balint o la técnica de descarga emocional o defusing, que utilizan los bomberos para canalizar el estrés.