Las nuevas directrices apunta a que no hay pruebas suficientes para apoyar el uso de multivitaminas o suplementos dietéticos para prevenir enfermedades cardiovasculares o cáncer en adultos sanos. Sólo las embarazadas y las que se van a quedar embarazadas siguen necesitando vitaminas esenciales (hierro, ácido fólico), precisan los investigadores de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, en un editorial publicado en la revista 'JAMA'.
Según señalan, atraídos por el atractivo de las multivitaminas y los suplementos dietéticos para cubrir las carencias nutricionales de su dieta, en 2021 los estadounidenses gastaron cerca de 50.000 millones de dólares (casi 48.000 millones de euros) en vitaminas y suplementos dietéticos. Los científicos aseguran que para las personas sanas no embarazadas las vitaminas son un desperdicio de dinero porque no hay suficiente evidencia de que ayuden a prevenir las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.
"Los pacientes preguntan todo el tiempo qué suplementos debería tomar --afirma el doctor Jeffrey Linder, jefe de medicina interna general en el departamento de medicina de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern--. Desperdician dinero y se concentran pensando que tiene que haber una serie de píldoras mágicas que les mantengan sanos cuando todos deberíamos seguir las prácticas basadas en la evidencia de comer sano y hacer ejercicio".
Linder y otros científicos de Northwestern Medicine escribieron el editorial de 'JAMA' para apoyar las nuevas recomendaciones del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés), un panel independiente de expertos nacionales que suele hacer recomendaciones basadas en la evidencia sobre servicios clínicos preventivos.
Basándose en una revisión sistemática de 84 estudios, las nuevas directrices del USPSTF afirman que no hay "pruebas suficientes" de que tomar multivitaminas, suplementos emparejados o suplementos individuales pueda ayudar a prevenir las enfermedades cardiovasculares y el cáncer en adultos no embarazados por lo demás sanos.
"El grupo de trabajo no está diciendo que no se tomen multivitaminas, sino que existe la idea de que si fueran realmente buenas para uno, ya lo sabríamos", precisa Linder.
El grupo de trabajo desaconseja específicamente tomar suplementos de betacaroteno debido a un posible aumento del riesgo de cáncer de pulmón, y desaconseja tomar suplementos de vitamina E porque no tiene ningún beneficio neto en la reducción de la mortalidad, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.
"Lo malo es que al hablar con los pacientes sobre los suplementos durante el escaso tiempo que los vemos, nos estamos perdiendo el asesoramiento sobre cómo reducir realmente los riesgos cardiovasculares, como por ejemplo, haciendo ejercicio o dejando de fumar", reconoce Linder.
Más de la mitad de los adultos estadounidenses toman suplementos dietéticos, y se prevé que su uso aumente, escribieron Linder y sus colegas en el editorial.
El consumo de frutas y verduras se asocia a la disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares y de cáncer, señalan, por lo que es razonable pensar que las vitaminas y los minerales clave podrían extraerse de las frutas y las verduras, envasarse en una píldora y ahorrar a la gente la molestia y el gasto de mantener una dieta equilibrada.
Pero, explican, las frutas y verduras enteras contienen una mezcla de vitaminas, fitoquímicos, fibra y otros nutrientes que probablemente actúan de forma sinérgica para aportar beneficios a la salud. Los micronutrientes aislados pueden actuar de forma diferente en el organismo que cuando se combinan de forma natural con otros componentes de la dieta.
Linder señala que las personas que tienen una deficiencia de vitaminas pueden seguir beneficiándose de la toma de suplementos dietéticos, como el calcio y la vitamina D, que han demostrado prevenir las fracturas y quizá las caídas en los adultos mayores.
Las nuevas directrices del USPSTF no se aplican a las embarazadas o que intentan quedarse embarazadas, puntualiza la coautora del editorial de 'JAMA', la doctora Natalie Cameron, instructora de medicina interna general en Feinberg.
"Las embarazadas deben tener en cuenta que estas directrices no se aplican a ellas --explica Cameron, que también es un médico de Northwestern Medicine--. Ciertas vitaminas, como el ácido fólico, son esenciales para que las mujeres embarazadas apoyen el desarrollo saludable del feto".
Explica que "la forma más habitual de satisfacer estas necesidades es tomar una vitamina prenatal. Se necesitan más datos para comprender cómo la suplementación con vitaminas específicas puede modificar el riesgo de resultados adversos del embarazo y de complicaciones cardiovasculares durante el mismo", apunta.