En estos 900 números, Gaceta Médica ha reflejado en sus páginas un profundo cambio social en la visibilidad de los problemas de salud mental, disparados en la pandemia de COVID-19. Los debates sobre la realidad a escala regional de la depresión y el suicidio y las informaciones recientes sobre la llegada de un nuevo, y esperanzador, tratamiento para la depresión mayor resistente, han copado en este tiempo parte de nuestras páginas.
Haciendo un repaso de estos últimos años y mirando también al futuro, el nuevo presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm), Manuel Martín Carrasco, analiza para GM los principales logros y retos a los que se enfrenta la especialidad. Según su visión, el principal avance ha sido la consolidación del enfoque biopsicosocial de la psiquiatría, que en los últimos tiempos incorpora también una dimensión ecológica. “No debería ser solo en salud mental, vale para cualquier enfermedad, pero en salud mental es fundamental”, sentencia.
Avances en la lucha contra el estigma
Además, señala que también se han cosechado logros en la lucha contra el estigma, así como en la aparición de nuevos tratamientos que “si bien en el rango de la eficacia son similares a los previos, son más seguros y mejor tolerados. Medicamentos que son más compatibles, en definitiva, con una normalización de la vida”.
Martín Carrasco también subraya avances en el terreno de la genética de los trastornos mentales y en los medios diagnósticos (neuroimagen), así como en “la introducción de nuevas técnicas psicoterapéuticas mucho más formalizadas, con datos de eficacia obtenidos a partir de ensayos clínicos”.Manuel Martín Carrasco, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental.Testigo y parte activa de estos progresos notables que ya están en marcha, el presidente de la Sepsm también señala retos pendientes de resolver.
El principal, “seguir avanzando”. Un desafío que se suma al de la necesidad de biomarcadores, aunque admite que hay avances e indicadores de riesgo que acumulan marcadores de varios órdenes. “Es un reto importante. En tratamientos en todas las patologías hay un porcentaje importante de resistencia o refractariedad a los tratamientos actuales”, subraya.El especialista repasa el impacto de la pandemia sobre la visibilidad de la patología mental. “Durante muchos meses hubo una focalización mediática sobre la pandemia y dio lugar a que tuvieran cabida sus efectos sobre el bienestar emocional y la salud mental. Nos igualó, porque afectó a toda la población. Se democratizó el malestar emocional”, detalla.En cualquier caso, Martín Carrasco matiza que incluso ahora, sigue siendo más fácil decir que alguien ha tenido una depresión o un trastorno ansioso que una esquizofrenia o un trastorno bipolar. “Sigue dependiendo de la patología, pero no cabe duda de que ponerlo en primer plano ha sido beneficioso en la lucha contra el estigma”, indica.
El nacimiento de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental
En estos últimos años, los especialistas en psiquiatría también han asistido a la renovación de la Estrategia Nacional de Salud Mental y a la integración de sus dos principales sociedades científicas, la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, en una sola entidad, la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental. En el origen de esta fusión, según explica su actual presidente, reside la idea de enfatizar los aspectos de prevención.Con respecto a la estrategia, considera que aún es pronto para observar los resultados y recuerda que una iniciativa de este tipo “no se puede sacar adelante sin personas”.
Es aquí, precisamente, donde reside una de las principales preocupaciones de los especialistas, que ultiman la elaboración de un Libro Blanco en el que recogerán datos sobre los recursos humanos en salud mental. Por ahora, avanza Martín Carrasco, sabemos que “hasta un 20 por ciento de los psiquiatras se jubilará en cinco años, lo que nos genera muchas inquietudes”. “Las administraciones toman medidas en atención primaria o pediatría, pero la salud mental también debe ser objeto de atención preferente”, sentencia.
La publicación también refleja el número de psiquiatras por 1.000 habitantes, con diferencias grandes entre comunidades autónomas, lo que genera un gran problema de equidad, afirma.Entre las áreas de mejora de la estrategia nacional, el presidente de Sepsm subraya que hay lagunas graves, como dejar fuera la atención mental a los mayores, la omisión de la patología dual o el hecho de que queden fuera las personas en situación de discapacidad por patología mental. Además, insiste en que sigue siendo necesario un plan nacional de prevención del suicidio.
“El estigma del paciente con patología mental hace que se mire con mucha cautela las innovaciones en este Terreno”Manuel Martín CarrascoPor otra parte, Martín Carrasco aplaude el comienzo de la primera promoción de especialistas en psiquiatría infanto-juvenil. “Si hay un elemento preventivo es la atención a los niños y a los jóvenes, es la manera de atender y atajar los problemas de salud mental”.No en vano, remarca que en este terreno el ámbito educativo y el laboral son las grandes esferas de prevención, en jóvenes y en la edad adulta. Mientras, en la población mayor es en los ámbitos residenciales donde existe una labor de prevención fundamental.
Innovación en salud mental
Con respecto a las dificultades para innovar en salud mental, Martín Carrasco considera que en otros ámbitos de la medicina se pone por delante el beneficio del paciente. “El estigma del paciente con patología mental hace que se mire con mucha cautela las innovaciones en este sentido”, apunta. Por ello, remarca que desde esta sociedad científica el objetivo es trabajar para reducir este peso y lograr que las personas con enfermedad mental tengan acceso a los tratamientos más individualizados y de última generación posible.
Por otra parte, el experto añade que el nuevo enfoque biopsicosocial y ecológico plantea también la necesidad de profundizar en la cobertura del Sistema Nacional de Salud de terapias no farmacológicas.
A modo de ejemplo, recuerda que en Alemania la legislación ampara el desarrollo de técnicas psicoterapéuticas estandarizadas aplicadas a través de herramientas de inteligencia artificial que también tratarán de que lleguen hasta nuestro país.En la misma línea, y por su carácter novedoso, asegura que hay proyectos de terapias para el deterioro cognitivo de la esquizofrenia que está más avanzado y confían que puedan ser aprobadas pronto por la FDA.