Investigadores de varios institutos japoneses han descubierto que niveles reducidos de 7 metabolitos en las heces, antes de comenzar el tratamiento para la depresión o la ansiedad, pueden predecir la respuesta a la terapia. Entre estos metabolitos, la N-epsilon-acetil-lisina (NEAcL) sobresale debido a su capacidad predictiva superior en comparación con el índice clínico de gravedad de la ansiedad. Además, la recuperación de los niveles de NEAcL se asoció con una mejoría en los síntomas.
Taishiro Kishimoto, investigador de la Universidad Keio y coautor del estudio, señala que la distinción entre aquellos que respondieron al tratamiento y los que no, también se pudo establecer mediante la diferencia en la abundancia de 23 géneros bacterianos, destacando entre ellos Bilophila ssp., que por sí solo pudo diferenciar entre ambos grupos de pacientes con un 88% de fiabilidad.
A nivel de filo, las bacterias Bacteroidota fueron más predominantes en los que respondieron al tratamiento, mientras que las Bacillota caracterizaron a los que no lo hicieron. Esta última observación sugiere que los bajos niveles de los 7 metabolitos identificados previamente podrían ser el resultado de la disminución en este último filo, explica Kishimoto. El científico concluye que los niveles bajos de NEAcL podrían indicar una deficiencia de lisina en la dieta, un aminoácido cuya suplementación previamente se había relacionado con una reducción en la ansiedad crónica en estudios anteriores.
El estudio también encontró una alta abundancia de bacterias del género Odoribacter en los que respondieron al tratamiento, lo que concuerda con su efecto beneficioso observado en otras condiciones, como el síndrome del intestino irritable, así como su producción de ácidos grasos de cadena corta, que promueven la salud del revestimiento intestinal.