Resumen
La cuestión de si hay cambios significativos en la anatomía y la función cerebral al inicio de la enfermedad y sobre el curso temprano de la esquizofrenia es un tema crucial con amplias implicaciones para el pronóstico, la atención al paciente, y modelos de fisiopatología de la enfermedad. La hipoactividad prefrontal y el hipocampo y la hiperactividad subcortical en el inicio de la enfermedad pueden representar una fisiopatología de núcleo de la enfermedad. Cambios en la materia gris han sido más robustas dentro de las redes tálamo-cortical, mientras que la actividad cerebral alterada ha sido más pronunciada en las redes fronto-parietal y en modo predeterminado.
Estos hallazgos indican que las anomalías cerebrales anatómicas y funcionales regionales se disocian de manera significativa durante el curso temprano de la esquizofrenia antes del tratamiento antipsicótico. Una posible explicación es que la resonancia magnética funcional puede reflejar alteraciones fisiológicas relacionadas con la psicosis aguda o consecuencias de los cambios anatómicos distales, mientras que los cambios en la anatomía del cerebro reflejan alteraciones más estables y de larga duración. La relativa estabilidad de las medidas del cerebro en los primeros años después de la aparición de la enfermedad está en contraste con evidencia indirecta de cambios progresivos moderados proporcionados por nuestro estudio reciente de pacientes crónicos que nunca habían sido tratados.
Nuestro estudio transversal reciente de pacientes nunca tratados con esquizofrenia crónica encontró una disminución acelerada relacionada con la edad en el grosor cortical, en relación con los controles sanos, que no podía ser atribuida a efectos de la medicación. Los estudios deben considerar tanto la heterogeneidad clínica que afecta a los resultados de los cambios cerebrales en la esquizofrenia y la baja especificidad de los cambios en el cerebro, lo que puede ocurrir también en otros trastornos mentales de inicio temprano.
