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Terapia de iconos para la estabilidad emocional: Una alternativa para los problemas impulsivos.

  • Autor/autores: Soledad Santiago López.

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Artículo | Fecha de publicación: 04/02/2002
Artículo revisado por nuestra redacción

En la Unidad Funcional TLP del Centro Asistencial San Juan de Dios de Málaga, se aplica una terapia de iconos para la estabilidad emocional, combinada con tratamiento farmacológico y sistémico. La terapia "I-Est-Emo" incluye 120 transparencias de las cuales 27 son iconos, estos iconos surgieron de la interacción paciente-terapeuta; en esta relación "codo a codo" se fuer...



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En la Unidad Funcional TLP del Centro Asistencial San Juan de Dios de Málaga, se aplica una terapia de iconos para la estabilidad emocional, combinada con tratamiento farmacológico y sistémico.



La terapia "I-Est-Emo" incluye 120 transparencias de las cuales 27 son iconos, estos iconos surgieron de la interacción paciente-terapeuta; en esta relación "codo a codo" se fueron representando gráficamente tanto las conductas problema del paciente como las conductas alternativas posibles. Cuando se observó que los pacientes que habían sido tratados por este método tenían una clara mejoría, fue cuando se elaboró el programa compacto que actualmente se aplica en grupos. En el resto de transparencias se incluyen metáforas, principios, reflexiones, etc. A esta terapia se le denomina terapia de "Iconos para la Estabilidad Emocional" (I-Est-Emo) y, un avance de esta, se encuentra publicada en la revista "Clínica y Salud" 2001 vol. 12 nº 3 pag. 367-390.





En el Centro Asistencial de Málaga, desde el año 1993 se viene observando un aumento progresivo de ingresos de personas jóvenes con problemas de control de impulsos y especialmente con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), pero fue en 1996 cuando, viendo que esta demanda seguía aumentando, se pensó en la necesidad de elaborar un programa específico que pudiera ser aplicado en grupo. Para ello, el equipo técnico recopiló tanto bibliografía al respecto como historiales de aquellos casos que habían evolucionado especialmente bien; esto último se hizo con la idea de extraer aquellos aspectos terapéuticos comunes en aquellos casos con mejor evolución. Así en 1997 se empieza a aplicar un programa adaptado a TLP "Iconos para la Estabilidad Emocional" (I-Est-Emo). Después de cuatro años con este programa, se decide, en Marzo del 2001, inaugurar una unidad TLP donde se coordinan los distintos recursos (terapia relacional sistémica, psicofármacos, y pautas de actuación para el personal) adaptándolos a las necesidades de este tipo de trastorno en niveles moderados o severos. Esta Unidad se encuentra ubicada dentro de la Unidad de Corta Estancia y por ese motivo la denominamos Unidad Funcional TLP, la cual dispone de cuatro camas y cuatro plazas ambulatorias. El protocolo de funcionamiento de dicha Unidad se puede consultar en el anexo adjunto.

La terapia de grupo que se aplica en esta Unidad se caracteriza por ser una terapia integrativa y de iconos; integrativa porque recoge y ordena una serie de técnicas y/o terapias cognitivo-conductuales en un modelo explicativo que facilita la aplicación estructurada de dichas técnicas o terapias, y de iconos porque utiliza una serie de imágenes que permiten al participante la representación instantánea de los conceptos trabajados, las conductas adaptativas que le facilitarán unas consecuencias positivas y las conclusiones obtenidas en las reflexiones hechas durante la terapia. Esta modalidad de iconos permite a la persona impulsiva, que en los momentos de alteración emocional sería incapaz de pararse a reflexionar, evocar en cuestión de segundos toda una serie de conclusiones trabajadas en la terapia anticipándose al impulso. Es decir, estos iconos le ayudan al control por ser más rápidos que cualquier reflexión o recuerdo de conversaciones terapéuticas.



En el modelo explicativo antes mencionado, además de representar una serie de técnicas cognitivo-conductuales de forma organizada, también se representan las conductas inadecuadas que con más frecuencia suele presentar la persona con TLP, y se facilita el proceso de cambio de conducta mediante flechas que le guían a las técnicas concretas que se deben usar para cambiar esas conductas por otras alternativas. Por tanto, el propio modelo explicativo que normalmente tiene la función de facilitar el trabajo al terapeuta, también se convierte en un icono en el cual se ve auto-representado el propio afectado, que siguiendo las flechas del modelo encuentra alternativa s para salir de su crisis.



Algunas de las técnicas y/o terapias que integran este modelo son: distanciamiento emocional y mejora de la objetividad sobre el problema, (Wasik 1984; Calkins, Gill, Johnson, y Smith, 1999; Meichenbaum, 1987; McKay, Davis y Fanning, 1985) competencia social (Goldstein, Sprafkin, Gershaw y Klein, 1989), auto-verbalizaciones (Ellis, 1962; Ellis y Grieger, 1981), resolución de problemas (D´Zurilla y Golfried, 1971), esquemas cognitivos, o valores que permiten a la persona reorganizar el andamiaje semántico sobre su vida , (Beck y Freeman, 1995), aprendizaje de errores, etc. Todas ellas son estrategias a seguir por el participante para resolver determinados estados emocionales en función del tipo de dificultad y/o frustración que haya suscitado la aparición de la conducta inadecuada. Es decir, facilita la sustitución de dichas conductas por otro tipo de reacciones que sean moderadas (en lugar de dicotómicas) y adecuadas al contexto, y por tanto, sin las consecuencias negativas de sus conductas habituales.



Las estrategias que utiliza el terapeuta para la aplicación de esta terapia está fundamentada en: Terapia cognitiva (Beck,1976), Terapia dialéctica (Linehan,1993), fomento de la autoeficacia (Bandura, 1977), sensación de controlabilidad (Meichenbaum, 1987; Mahoney y Thorensen, 1974; Mahoney, 1987).



Evidentemente el paciente necesita también tanto sesiones individuales complementarias para afianzar y personalizar los principios adquiridos en grupo, como otras terapias paralelas antes mencionadas; terapia relacional sistémica, farmacológica, y vivencial.



Cuando hablamos de terapia vivencial nos estamos refiriendo al contacto y relación que el paciente establece durante su ingreso con sus compañeros y con el personal del centro, quienes le ayudan a establecer una interacción personal basada en la comunicación de emociones y la búsqueda de acuerdos en lugar de respuestas inadecuadas para demostrar lo mal que se puedan sentir. Entendemos que todas estas vivencias y terapias utilizadas al unísono , mejoran la"resiliencia" del sujeto, fomentando la capacidad de recuperación y adaptación ante un evento estresante o de frustración. .



Hasta el momento habíamos observado una clara mejoría clínica que habíamos medido de forma cualitativa. Es a partir del año 2001 cuando empezamos a diseñar una serie de instrumentos (cuestionarios, entrevistas estructuradas, etc.) que nos permitiesen profundizar en la investigación. Así, nos encontramos en el proceso de validación de dichos instrumentos y en la medición más exhaustiva y cuantitativa de los resultados obtenidos.



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