Autor/autores:
John F. Gleeson, Heleen Riper y Mario Alvarez-Jimenez3
En muchas jurisdicciones de todo el mundo, la atención comunitaria de la salud mental puede caracterizarse como un sistema moribundo que cuenta con médicos compasivos, dedicados y competentes, un estado que es cada vez más reconocido incluso por los gobiernos que los financian. Por ejemplo, el estado de los servicios de salud mental ha dado lugar a la primera Comisión ...
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En muchas jurisdicciones de todo el mundo, la atención comunitaria de la salud mental puede caracterizarse como un sistema moribundo que cuenta con médicos compasivos, dedicados y competentes, un estado que es cada vez más reconocido incluso por los gobiernos que los financian. Por ejemplo, el estado de los servicios de salud mental ha dado lugar a la primera Comisión Real sobre servicios de salud mental en Australia (Estado de Victoria, 2018 Victoria, -2019.
Al lanzar la Comisión Real, el líder político del estado local, el primer ministro Daniel Andrews, declaró que el El sistema de salud mental victoriano es "un sistema roto y hasta que lo reconozcamos y establezcamos un rumbo para encontrar esas respuestas y un plan práctico para el futuro, la gente seguirá muriendo, la gente seguirá disminuyendo para siempre". (Estado de Victoria, 2018-2019) p. 11 Con la sabiduría de la retrospectiva, la era de la desinstitucionalización y la reforma del servicio comunitario de salud mental se basaron en supuestos incorrectos sobre los recursos necesarios, especialmente para aquellos con comorbilidades complejas (Singh & Amp; Castle, 2007). Sin más reformas, la brecha entre la demanda de tratamiento de salud mental y su oferta se intensificará por las presiones competitivas sobre los fondos públicos a medida que el mundo entra en una fase frágil de economía. recuperación ómica y mental de la pandemia de COVID-19. COVID-19 también ha revelado cruelmente que la expectativa de una continuidad empresarial e institucional inevitable es una suposición implícita falsa y peligrosa.
Se nos ha recordado abruptamente la importancia fundamental de las plataformas sostenibles para la prestación de servicios y la importancia fundamental del acceso rápido durante las crisis a la capacidad redundante, especialmente en el cuidado de la salud. Está claro que en un mundo posterior al COVID-19, los modelos actuales de prestación de servicios de salud mental no se pueden escalar adecuadamente para satisfacer de manera confiable las necesidades de los jóvenes y sus familias en el siglo XXI y más allá. Por lo tanto, se necesitan con urgencia modelos modificados y alternativos de evaluación e intervención de salud mental para los jóvenes. Bickman brindó un vistazo de la variedad de posibles soluciones que la tecnología podría brindar a la próxima ola de reformas (Bickman, 2020).
Los artículos sobre este tema de investigación ilustran muchas de esas posibilidades y destacan la creatividad y la amplitud de la investigación sobre la transformación digital de la salud mental y el bienestar de los jóvenes. El problema actual de la demanda insostenible de servicios de salud mental puede reducirse mediante tecnologías preventivas eficaces que requieren los médicos para pivotar hacia entornos descuidados y poblaciones en mayor riesgo.
El artículo de Van Dam que demuestra la viabilidad de usar emojis es un ejemplo creativo de una herramienta sencilla y familiar para que los jóvenes realicen evaluaciones en tiempo real (Van Dam et al. , 2019) . Como David Mohr y sus colegas han destacado de manera convincente, los avances logrados con tanto esfuerzo en el establecimiento de la viabilidad y eficacia de las nuevas intervenciones digitales de salud mental son a menudo mal traducido a resultados del mundo real (Mohr, Weingardt, Reddy y Schueller, 2017).
En línea con la tesis del éxito de Mohr, Bucci y sus colegas destacan la importancia de invertir en la comprensión de las percepciones y necesidades de la fuerza laboral clínica de primera línea en relación con la implementación de herramientas digitales en los servicios de intervención temprana (Bucci et al. , 2019). Mohr ha enfatizado previamente la importancia del co-diseño para que la implementación tenga éxito, y en esta edición, Peck y sus colegas ilustran este enfoque, incluida la participación del personal de apoyo entre pares, una vía muy prometedora para mejorar la escalabilidad de los modelos de prestación de servicios de salud mental para jóvenes ( Peck et al. , 2020). Discernir los objetivos de tratamiento más apropiados para las intervenciones digitales es un desafío crítico para el campo.
Observamos llamadas recientes para un cambio de la reducción de síntomas basada en el grupo a los fenómenos transsindrómicos y el bienestar psicológico (van Os, Guloksuz, Vijn, Hafkenscheid y Delespaul, 2019), que creemos que puede ser facilitado por el despliegue de digital tecnología y la asociación con consumidores jóvenes y sus cuidadores en la recopilación de datos intensivos ecológicamente válidos a lo largo del tiempo.
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