Investigadores de la Universidad de Iowa (Estados Unidos) señalan en un nuevo estudio que existe un vínculo entre la actividad física y las enfermedades crónicas. Es por ello que recomiendan que todos los pacientes sean encuestados sobre sus niveles de actividad física, tal y como recogen en 'Preventing Chronic Disease'.
El estudio, dirigido por Lucas Carr, profesor asociado del Departamento de Salud y Fisiología Humana, examinó las respuestas de más de 7.000 pacientes del Centro Médico de Atención Médica de la Universidad de Iowa que anotaron su nivel de actividad física en un cuestionario.
A partir de las respuestas de los pacientes al cuestionario, los investigadores descubrieron que aquellos que informaron de mayor nivel de actividad física (es decir, que hacían ejercicio de moderado a vigoroso al menos 150 minutos por semana) tenían un riesgo estadísticamente significativamente menor de tener 19 enfermedades crónicas, incluidas enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias y diabetes.
Los hallazgos sugieren además que los pacientes menos activos (es decir, aquellos que informaron haber hecho poco o ningún ejercicio en una semana determinada) tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad crónica.
Basándose en esos resultados, los investigadores de Iowa también recomiendan que los sistemas de atención sanitaria proporcionen información sobre servicios de salud y bienestar para los pacientes físicamente inactivos que corren mayor riesgo.
"En nuestro entorno de atención médica, no existe una vía sencilla para que un médico reciba un reembolso por ayudar a los pacientes a ser más activos físicamente", afirma Carr, el autor correspondiente del estudio. "Por eso, para estos pacientes, muchos de los cuales informan de una actividad insuficiente, necesitamos opciones que les permitan ponerse en contacto fácilmente con servicios de apoyo, como prescripciones de ejercicio y/o especialistas en salud comunitaria".
Los investigadores también compararon los resultados de los pacientes que completaron las encuestas con los de más de 33.000 pacientes a los que no se les ofreció la encuesta en otras áreas del hospital. Los investigadores descubrieron que los pacientes que respondieron la encuesta eran más jóvenes y tenían mejor salud que la población de pacientes a los que no se les entregó el cuestionario, según el análisis de los registros médicos electrónicos de todos los pacientes.
Si bien se conoce el vínculo entre la actividad física y la reducción del riesgo de enfermedades crónicas, los investigadores dicen que el estudio subraya el valor de encuestar a los pacientes sobre sus niveles de actividad física.
"Creemos que este hallazgo es el resultado de que los pacientes que se toman el tiempo de acudir a los exámenes anuales de bienestar también dedican más tiempo a adoptar conductas saludables, como la actividad física", afirma Carr.
En un estudio relacionado , publicado en el 'Journal of Physical Activity and Health', el equipo de Carr descubrió que cuando los proveedores de atención médica facturaban por brindar asesoramiento sobre ejercicios a los pacientes, esas facturas eran reembolsadas por los proveedores de seguros casi el 95 por ciento de las veces.
"Nuestros hallazgos sugieren que los códigos de facturación de actividad física recomendados se reembolsan a una tasa alta cuando los proveedores los envían para reembolso, lo que refuerza la idea de hacer que las encuestas de actividad física y los servicios de asesoramiento estén disponibles", concluye Carr.