Los niños pueden perder si el gobierno federal cumple con las amenazas de recortar el financiamiento de los programas críticos de redes de seguridad que desde hace tiempo apoyan a las familias y las comunidades. Aunque los recortes dirigidos directamente a la salud mental de los niños son una gran preocupación, los recortes a las políticas que respaldan la salud, la vivienda, la educación y el ingreso familiar son igualmente inquietantes. Estos recortes propuestos menos publicitados afectan indirectamente a los niños, pero tienen efectos directos en sus familias y comunidades. La importancia de estos servicios está respaldada por un amplio cuerpo de investigación de aprendizaje social que promueve la eficacia colectiva -los vecinos que influyen positivamente entre sí- demostrando tener efectos positivos a largo plazo en el desarrollo de los niños y los resultados en adultos. En este artículo, los autores describen dos programas federales que, en virtud de su impacto en las familias y las comunidades, pueden promover la eficacia colectiva y afectar positivamente la salud mental de los niños; ambos programas enfrentan severos recortes. Sugieren que los estados adopten un enfoque de sistemas cruzados para promover políticas y programas en salud médica general, salud mental, vivienda, educación, bienestar y servicios sociales, y sistemas de justicia juvenil como una estrategia viable para fortalecer familias y comunidades y promover la eficacia colectiva. El objetivo general es promover una política nacional integral de salud mental para los niños que mejore la colaboración entre sistemas y fortalezca a las familias y las comunidades, lo cual es especialmente crítico para los niños que viven en comunidades marginadas.
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