Estamos de acuerdo en que es importante minimizar los factores de confusión y el sesgo, por lo que utilizamos una amplia correspondencia de puntajes de propensión y una variedad de cohortes de comparación y análisis de sensibilidad. Notamos en nuestro artículo que hay varias explicaciones para las asociaciones observadas entre el COVID-19 y los resultados psiquiátricos, y las cuestiones planteadas por Lo y sus colegas —el aislamiento y la medicación— son ejemplos de posibles mediadores. El aislamiento y otros factores psicosociales son difíciles de medir, y mucho menos de controlar, pero podemos ofrecer algunas aclaraciones sobre los medicamentos mencionados. En nuestra población de estudio, los corticosteroides se prescribieron con menos frecuencia en las 2 semanas posteriores al diagnóstico de COVID-19 que después de otras infecciones respiratorias (12, 6% vs. 19, 8%). Además, como se indica en el apéndice del artículo, se observaron asociaciones entre COVID-19 y trastornos psiquiátricos en pacientes que no fueron ingresados en el hospital y, por lo tanto, era muy poco probable que se les hubiera recetado corticosteroides. Estos resultados no apoyan que los corticosteroides tengan una influencia importante en los resultados. Lo y sus colegas también mencionan la fluvoxamina, pero este fármaco se recetó sólo al 0, 03% de los pacientes con COVID-19; el posible efecto de los antidepresivos más comúnmente utilizados sobre los resultados requiere una mayor investigación.
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