Se ha analizado el efecto sobre el cerebro humano de la eritropoyetina (EPO), una hormona secretada fundamentalmente por los riñones.
Investigadores de once centros en España, Estados Unidos y Alemania, incluidos la Universitat de València (UV), Incliva y el Institut de Salud Carlos III, han estudiado los impactos de la eritropoyetina (EPO), una hormona principalmente producida por los riñones, evaluando su uso potencial en el tratamiento de enfermedades neurológicas y psiquiátricas.
La investigación, dirigida por Juan Nácher, catedrático del Departamento de Biología Celular de la UV y publicada en la revista 'Molecular Psychiatry', muestra cómo el tratamiento con EPO afecta la estructura, conectividad, plasticidad y actividad de las neuronas inhibidoras. Este estudio se realizó en colaboración con el Instituto Max Planck de Ciencias Multidisciplinares en Gottingen, Alemania, con la participación de Vicent Teruel, investigador en la UV.
Históricamente, la mayoría de los estudios sobre la EPO se han concentrado en su rol en la regulación de la producción de células sanguíneas. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que la EPO también posee efectos beneficiosos sobre la cognición y tiene propiedades neuroprotectoras y neuroregenerativas.
Los efectos de la EPO en el sistema nervioso central están comenzando a entenderse mejor gracias a investigaciones avanzadas, mostrando un impacto significativo en las neuronas excitadoras y las neuronas inhibidoras, esenciales para el control de la actividad y sincronización neuronal.
Además, el estudio detalló cómo el tratamiento prolongado con EPO afecta varias clases de neuronas inhibidoras en el hipocampo, una zona vital para la memoria y afectada en varios trastornos neurológicos y psiquiátricos.
Este tratamiento también altera las interacciones moleculares entre neuronas inhibidoras y excitadoras, modifica la estructura y conectividad de las interneuronas, y provoca cambios en las moléculas que regulan su plasticidad, además de reducir su metabolismo y actividad.
Los hallazgos sugieren que los beneficios del tratamiento con EPO en enfermedades del sistema nervioso podrían deberse, en parte, a una regulación más estricta sobre las neuronas inhibidoras, facilitando la plasticidad de las neuronas excitadoras y mejorando el equilibrio entre excitación e inhibición, aspecto clave en varias enfermedades del sistema nervioso central.
