Entre el 30 y el 60 % de los adultos con trastornos unipolares o bipolares presentan deficiencias a lo largo de múltiples dominios. Sin embargo, poco se sabe sobre el funcionamiento deteriorado en jóvenes con trastornos del estado de ánimo.
El objetivo del presente estudio es examinar la prevalencia de la discapacidad objetiva, subjetiva y calificada por un observador en una muestra grande y representativa de jóvenes con un trastorno del estado de ánimo primario.
Los sujetos, con edades comprendidas entre los 16 y 25 años, que se presentaron en los servicios de salud mental por primera vez con un trastorno del estado de ánimo primario, participaron en una evaluación diagnóstica y clínica sistemática. El deterioro se evaluó mediante medidas objetivas (pagos por desempleo o por incapacidad), observadas (Escala de evaluación del funcionamiento social y ocupacional, SOFAS) y medidas de auto- evaluación (funcionamiento de rol según el Cuestionario Breve de Discapacidad).
Los resultados mostraron que de 1.241 participantes (83 % unipolares; 56 % mujeres), al menos el 30 % presentaba deterioro funcional en las medidas objetivas, de autopercepción y / o las medidas calificadas por un observador, presentando el 16 % una discapacidad en acuerdo con los tres criterios. Incluso cuando se han tenido en cuenta los niveles de malestar, el uso diario de cannabis y/o nicotina se asoció significativamente con el deterioro, con razón de oportunidad (OR) que va desde alrededor de 1,5 a 3,0. Los trastornos de ansiedad comórbidos se relacionaron con puntuaciones más bajas en el SOFAS (OR = 2.5).
En conclusión, los niveles de discapacidad fueron significativos, incluso en aquellos que se presentaban en el sistema de salud mental por primera vez. No hubo diferencias en deterioro funcional entre unipolares y bipolares, pero alguna evidencia sugiere que las mujeres con trastorno bipolar se vieron particularmente incapacitadas. La prevalencia de los trastornos comórbidos (50%) y el uso de varias sustancias (28 %) y su asociación con la discapacidad indican que indicadores más significativos de los resultados de los episodios de estado de ánimo deberían centrarse en medidas funcionales en lugar de en síntomas específicos. La asociación entre el funcionamiento y el uso de nicotina requiere una mayor exploración.
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Abstract:
Background: Between 30 and 60% of adults with unipolar or bipolar disorders exhibit impairments across multiple domains. However, little is known about impaired functioning in youth with mood disorders.
Aims: To examine the prevalence of objective, subjective and observer-rated disability in a large, representative sample of young people with a primary mood disorder.
Method: Individuals aged 16-25 years presenting to youth mental health services for the first time with a primary mood disorder participated in a systematic diagnostic and clinical assessment. Impairment was assessed using objective (unemployment or disability payments), observer- (Social and Occupational Functioning Assessment Scale; SOFAS) and self-rated measures (role functioning according to the Brief Disability Questionnaire).
Results: Of 1241 participants (83% unipolar; 56% female), at least 30% were functionally impaired on the objective, self-rated and/or observer-rated measures, with 16% impaired according to all three criteria. Even when current distress levels were taken into account, daily use of cannabis and/or nicotine were significantly associated with impairment, with odds ratios (OR) ranging from about 1.5 to 3.0. Comorbid anxiety disorders were related to lower SOFAS scores (OR = 2-5).
Conclusions: Levels of disability were significant, even in those presenting for mental healthcare for the first time. Functional impairment did not differ between unipolar and bipolar cases, but some evidence suggested that females with bipolar disorder were particularly disabled. The prevalence of comorbid disorders (50%) and polysubstance use (28%) and their association with disability indicate that more meaningful indicators of mood episode outcomes should focus on functional rather than symptom-specific measures. The association between functioning and nicotine use requires further exploration.
