La eficiencia neuronal podría predecir la respuesta al tratamiento en la ansiedad infantil

Un nuevo estudio sugiere que la eficiencia neuronal —la similitud en la conectividad cerebral entre estados de reposo y de amenaza— podría ser un biomarcador prometedor para comprender y tratar los trastornos de ansiedad en la infancia.

Los trastornos de ansiedad pediátricos son frecuentes y suelen anticipar problemas de salud mental en la adultez. Sin embargo, los tratamientos actuales, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), logran una remisión duradera en menos del 50 % de los casos. Con el fin de identificar indicadores neurobiológicos que permitan mejorar las intervenciones, investigadores compararon la actividad cerebral de 103 jóvenes con diagnóstico de ansiedad con la de 103 sin diagnóstico psiquiátrico, mediante resonancias funcionales (fMRI) tanto en reposo como durante una tarea de procesamiento de amenazas.

El estudio mostró que la eficiencia neuronal posee una fiabilidad moderada a alta en pruebas repetidas (coeficiente de correlación intraclase=0. 65) y se asocia negativamente con la ansiedad, tanto como diagnóstico como dimensión sintomática. En otras palabras, una menor eficiencia neuronal se relaciona con mayor gravedad de los síntomas.

Aunque este marcador no cambió tras la terapia cognitivo-conductual, los jóvenes con menor eficiencia neuronal basal respondieron peor al tratamiento, lo que indica su potencial valor como herramienta para estratificar pacientes y predecir resultados terapéuticos.

Los autores concluyen que la eficiencia neuronal —definida como la capacidad del cerebro para reorganizar sus redes entre el reposo y la tarea— podría convertirse en un nuevo objetivo para optimizar la eficacia de las terapias basadas en la exposición y, en el futuro, guiar tratamientos personalizados para la ansiedad infantil.

Resumen modificado por Cibermedicina

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