El trastorno por déficit de naturaleza (TDN) es una patología aún desconocida que puede aparecer en personas que tienen una vida aislada, sedentaria y que abusan de la tecnología al estar en permanente desconexión con la naturaleza, según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, que destaca que entre sus efectos las personas que lo sufren padecen estrés y ansiedad.
"La naturaleza es fuente de equilibrio en el sistema nervioso de las personas", ha explicado el catedrático en Psicología Ambiental UAM y experto en TDN, José Antonio Corraliza.
Corraliza, quien ha estudiado en profundidad este trastorno, afirma que "llevar ropa natural, mirar al cielo, estar cerca de vegetación y agua o dar un paseo, ayudan a reconectar con nuestro hábitat natural y sentirnos mejor".
"De hecho las zonas verdes en la ciudad tienen un objetivo terapéutico más que estético", añade, por eso un buen comienzo para aprender a mantenerse sano son las sesiones de paseo y coaching que pueden ofrecer una experiencia inspirada en sus valores de sostenibilidad y compromiso con la naturaleza.