Resumen:

Los trastornos de ansiedad comórbidos son extremadamente frecuentes en el trastorno bipolar (TB) y tienen un impacto sustancial en el curso de la enfermedad. Las pruebas limitadas acerca de los factores de tratamiento han dado lugar a una renovación de esfuerzos en investigación para examinar tanto el impacto de los tratamientos sobre la ansiedad comórbida como el impacto de la ansiedad comórbida en los tratamientos. El presente estudio examina el impacto de los trastornos de ansiedad comórbidos en respuesta a dos intervenciones psicosociales para TB.

Una muestra de 204 pacientes con TB participó en el estudio. De ellos el 41,7 % tenía un trastorno de ansiedad comórbido. Todos los participantes recibieron la terapia cognitivo - conductual individual o una psicoeducación grupal para TB. Las evaluaciones incluyeron evaluaciones pretratamiento completas y seguimiento de 18 meses del estado de ánimo y los síntomas de ansiedad, funcionamiento, cumplimiento de la medicación, actitudes disfuncionales y el estilo de afrontamiento. Los resultados se compararon basándose en la presencia o ausencia de un trastorno de ansiedad comórbido.

Los participantes con trastornos de ansiedad comórbidos puntuaron más graves en varias medidas en comparación con los que no tenían trastornos de ansiedad. A pesar de presentar características más graves de enfermedad, la magnitud de sus logros en tratamiento fue equivalente o superior a la de los participantes sin trastornos de ansiedad en una variedad de medidas de resultado. Aunque los tratamientos no se dirigían específicamente el trastorno de ansiedad, los participantes hicieron mejoras significativas en los síntomas de ansiedad. A pesar de una mayor gravedad de la enfermedad, los pacientes con trastornos de ansiedad comórbidos pueden obtener ganancias sustanciales a través de las intervenciones psicosociales dirigidas al TB. Incluso en presencia de un trastorno de ansiedad son capaces de atender a los contenidos de los tratamientos psicosociales y aplicarlos para manejar mejor su condición. La presencia de un trastorno de ansiedad comórbido no debe ser considerada un elemento de disuasión en cuanto a ofrecer tratamientos psicosociales centrados en el TB.

Para acceder al texto completo consultar la fuente original: http://www.journalbipolardisorders.com/content/1/1/15

Abstract:

Background: Comorbid anxiety disorders are extremely prevalent in bipolar disorder (BD) and have substantial impact on the course of illness. Limited evidence regarding treatment factors has led to a renewal of research efforts examining both the impact of treatments on comorbid anxiety and the impact of comorbid anxiety on treatments. The current study examines the impact of comorbid anxiety disorders on response to two psychosocial interventions for BD.

Methods: A sample of 204 patients with BD took part in the study. Of them, 41.7% had a comorbid anxiety disorder. All participants received either individual cognitive-behavioral therapy or group psychoeducation for BD. Evaluations included complete pretreatment and 18-month follow-up assessments of mood and anxiety symptoms, functioning, medication compliance, dysfunctional attitudes, and coping style. Outcome was compared based on the presence or absence of a comorbid anxiety disorder.

Results and discussion: The participants with comorbid anxiety disorders ranked more severe than those without on several measures. Despite more severe illness characteristics, the magnitude of their treatment gains was equivalent or superior to that of the participants without anxiety disorders on a variety of outcome measures. Although the treatments did not specifically target the anxiety disorder, the participants made significant improvements in anxiety symptoms. Despite greater illness severity, patients with comorbid anxiety disorders can make substantial gains from psychosocial interventions targeting BD. Even in the presence of an anxiety disorder, they are able to attend to the content of the psychosocial treatments and apply it to better manage their condition. The presence of a comorbid anxiety disorder should not be considered a deterrent to offering BD-focused psychosocial treatments.